Muy interesante el artículo que publicó el conocido abogado Miguel Carbonell, en el que afirma que ante la debilidad de las pruebas presentadas en su contra, al final del proceso penal el ex gobernador Javier Duarte de Ochoa le podría ganar la partida a la PGR y a la Fiscalía General del Estado de Veracruz.
Carbonell manifiesta que “todo parece indicar que ya les va ganando, puesto que de momento está siendo acusado de cuestiones verdaderamente ínfimas, en comparación con las muchas notas de prensa e informes oficiales de los años recientes que señalaban un gran desfalco en las arcas veracruzanas”.
Tras referir las denuncias contra el gobierno de Veracruz presentadas durante varios años por la Auditoría Superior de la Federación, que no están integradas en el expediente contra Duarte, calificando en cambio de “ridícula” la acusación que enfrenta el ex mandatario, Carbonell señaló que “lo dramático (e indignante) es que si ni siquiera en un caso tan escandaloso como el de Javier Duarte se pueden acreditar los desfalcos y los actos de corrupción, ¿qué podemos esperar entonces de los cientos o miles de casos mucho menos conocidos y cuantiosos que a diario suceden a todo lo largo y ancho del país?”
Absolutamente de acuerdo.





