El arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, señaló que cuando el ser humano tiene una experiencia con Dios tan profunda, todo se transforma en su corazón y en sus convicciones, y viene entonces un cambio de vida.
En su homilía dominical, destacó que con el bautismo, hay una transformación, «nos convertimos en hijos e hijas de Dios, recibimos la presencia de Dios, somos templos del Espíritu Santo, la Santísima Trinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo habitan en nuestro corazón».
El sacerdote, manifestó que también cuando se está en presencia de Dios, hay una transfiguración y refirió que en estos tiempos tan difíciles se requiere de un acercamiento con el Señor.
«Estamos en unos tiempos que necesitamos reconocer mucho eso, ser hijos de Dios y que tenemos una dignidad especial, que habita Dios en nuestros corazones y que por lo mismo tenemos que estar orientados hacia el bien».
Por ello, el arzobispo insistió en que el ser humano tiene que estar orientado al bien, a la paz y hacia la reconciliación, aunque el ambiente del mundo siga siendo un ambiente de violencia, de muerte y de ataques.
«Nosotros tenemos que ser gente de paz, de expresarnos que Dios habita en nuestros corazones, gente de perdón, gente de reconciliación, esa es la invitación que tenemos hoy, a que reconozcamos que hemos sido trasfigurados con el bautismo, que fuimos alimentando eso a través de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía y que debemos seguir viviendo con los mandamientos de Dios».





