Es lamentable la visión crítica que tiene Hollywood sobre el fenómeno de las redes sociales en la era digital. El círculo aspiraba a ser una de las grandes películas que reflexionaran sobre la pérdida de la privacidad y los efectos de la tecnología en la insensibilidad de las personas, sin embargo, el resultado final es un torpe filme de ciencia ficción que llegó para ofrecernos la que posiblemente es la peor actuación de Tom Hanks en su carrera y que se vuelve un ejemplo perfecto de que la belleza de Emma Watson es mucho mayor que las habilidades actorales de las que quizá podría tener, pues después de vivir con el personaje de Hermione Granger, de Harry Potter por casi 15 años, sólo ha tenido actuaciones decentes en Las ventajas de ser invisible (2012), y algunos destellos en Noé (2014) y La bella y a bestia (2017).
Parece duro el comentario de las terribles actuaciones de Watson y sobre todo de Hanks, a sabiendas del talento que tienen, es por eso que el mayor responsable de esta terrible hazaña actoral podría ser el director de El círculo, James Ponsoldt, quien ha quedado como un niño pequeño jugando al celular en comparación de otros filmes de corte independiente que han hablado del lado oscuro de las redes sociales como Wated on the young (Ben C. Lucas, 2010), la cinta de terror Unfriended (Levan Gabriadze, 2014) o Megan is missing (Michael Goi, 2011), o en programas de televisión como Silicon Valley y sobre todo Black Mirror, este último del que el cineasta toma más influencia, pero sin llegar a convencer.
El día que Mae Holland (Emma Watson) es contratada para trabajar en El Círculo, la empresa de internet más influyente del mundo sabe que tiene la oportunidad de su vida. A través de un innovador sistema operativo, El Círculo unifica direcciones de email, perfiles de redes sociales, operaciones bancarias y contraseñas de usuarios, dando lugar a una única identidad virtual y veraz, en pos de una nueva era marcada por la transparencia. Con el tiempo ella va descubriendo la deshumanización y el frío corazón con el que se maneja el negocio del internet y las nuevas tecnologías, por lo que ahora pone en duda el trabajo ético del director de El Círculo, Eamon Bailey (Tom Hanks).
La película tiene una buena primera parte en la presentación de los personajes. Ponsoldt pone los elementos sobre la mesa: Una joven modesta que está a punto de empezar a cumplir su sueño, una empresa de alta tecnología que nos muestra inventos interesantes bajo la premisa de ayudar al prójimo y una atmósfera que bien pudo explotarse entre la tensión y la exploración del lado más oscuro. No obstante, lo que empieza como un thriller se va deteriorando a un drama cada vez más cuestionable, aparecen personajes que en lugar de favorecer a la trama la vuelven predecible y cuando más pasa el tiempo se vuelve más bochornoso.
Se trata de un filme que no se toma con seriedad la adaptación de la novela Dave Eggers, y se toma a la ligera los indicios de la tragedia con situaciones inverosímiles y reacciones de los protagonistas que se sienten falsas. Una película que en lugar de hablarnos de la complejidad de un mundo que se ha convertido en una gran máscara de la sociedad, nos presenta una historia que bien pudo desarrollarse (y de mejor forma) en una empresa de atención al cliente. El círculo es un filme muy decepcionante.





