El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó ayer que “la recuperación será larga y complicada” tras el devastador paso del huracán Harvey en el sur de Texas, adonde viajará hoy para espantar el fantasma de Katrina y la lluvia de críticas que cayeron sobre el entonces presidente, George W. Bush, y su desastrosa gestión de la tragedia.
“Probablemente se trate de una tormenta como nunca hayamos visto. La recuperación será larga y complicada”, afirmó Trump desde la Casa Blanca.
El mandatario visitará, junto a su esposa Melania, Corpus Christie, una de las zonas donde primero impactó el huracán, “para asegurar que los ciudadanos reciben la ayuda necesaria”, al comentar los “horribles” efectos del huracán.
Trump prometió una “rápida” respuesta por parte del Poder Ejecutivo y Legislativo para que Texas acceda a los fondos federales necesarios para las labores de rescate y reconstrucción en la zona.
“Saldremos de esta, y saldremos más fuertes”, remarcó el mandatario.
Trump adelantó que podría regresar a Texas el próximo sábado, día en el que sopesa desplazarse también a Luisiana, tras firmar ayer el estado de emergencia también en ese estado.
Harvey se fortalece. Aunque en los últimos días ha perdido intensidad y el huracán ha dado paso a una tormenta tropical, el ojo del ciclón se adentró ayer de nuevo en las cálidas aguas del Golfo de México y se ha fortalecido con vientos de 75 kilómetros por hora frente a la costa de Texas, donde sigue dejando lluvias torrenciales.
Además de nuevas inundaciones, el otro gran peligro es el aumento del nivel del mar en las zonas costeras, debido a la marejada ciclónica y las altas olas que provocan los fuertes vientos. En algunas zonas se esperan aumentos del nivel del mar hasta un metro de altura.
Petróleo paralizado. Otra consecuencia de Harvey ha sido la paralización casi total de la industria petrolea de Texas, la más importante de Estados Unidos. Hay una decena de refinerías paralizadas que producen 2.2 millones de barriles. El huracán forzó también el cierre temporal de los puertos de Houston y Corpus Christie (1º y 6º del país), así como las plataformas de extracción de petróleo y gas natural en el Golfo de México. Se calcula que el 22 por ciento de la capacidad de producción en la región está suspendida.
El efecto inmediato ha sido la subida de la gasolina un 5 por ciento.





