Mientras en los demás partidos “pian pianito” siguen adelante con sus procesos para definir a quienes los representarán en las elecciones de 2018, en el PAN siguen “agarrándose del moco” y desgastándose sin sentido.
Luego de que el dirigente nacional panista Ricardo Anaya acusó al Gobierno Federal de estar detrás de las filtraciones periodísticas que evidencian su enriquecimiento y el de su familia política en los últimos años, el calderonista Javier Lozano –quien “chafeó” como vocero del gobierno de Puebla y mejor se regresó al Senado- lo descalificó, diciendo que los senadores no comparten la “guerra” al PRI declarada por su presidente nacional.
Este miércoles, otro ex líder nacional panista, Gustavo Madero, llamó “esquirol” a Lozano, a quien a su vez acusó de trabajar en una agenda particular, contraria a los intereses y posturas del PAN.
La guerra interna por el control del blanquiazul se acerca a un punto de quiebre, del que seguramente saldrán bastante raspados.





