La ONU denuncia “limpieza étnica” de Birmania contra los rohinyá

El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, señaló ayer que en Birmania está ocurriendo una limpieza étnica de la minoría musulmana rohinyá, y crímenes contra la humanidad.
El alto comisionado denunció que “Birmania ha rechazado permitir el acceso a investigadores de derechos humanos”, hecho que provoca que “la situación actual no puede ser evaluada plenamente, pero parece corresponder a lo que se define en los libros de texto como limpieza étnica”, señaló Zeid.
“El gobierno birmano debe dejar de intentar hacer creer que los rohinyás queman sus propias casas y devastan sus propios pueblos. Esta negación completa de la realidad daña enormemente” la imagen internacional del ejecutivo, agregó Zeid.
El diplomático jordano sostuvo que su oficina dispone de “múltiples” informes e imágenes de satélite que muestran cómo las fuerzas de seguridad birmanas y milicias locales han quemado pueblos rohinyás, y suma relatos constantes de asesinatos extrajudiciales.
ACUSACIONES. De hecho, la líder de facto del país, Aung San Suu Kyi, Nobel de la Paz de 1991, es desde hace unas dos semanas el foco de las críticas por la situación. Varias ONG, países e incluso otros Nobel de la Paz (entre ellas, Malala Yousafzai) han criticado insistentemente su silencio y negacionismo de la represión contra la minoría musulmana del país budista.
Suu Kyi rompió la pasada semana su silencio, pero sólo para reafirmar su postura, asegurando que los rohinyá son “terroristas” y que tratan de difundir una campaña de desinformación al mundo sobre su situación.
ÉXODO MASIVO. Zeid también recordó que la cifra de miembros de la minoría que están huyendo a la vecina Bangladesh desde hace tres semanas continúa creciendo. Según cifró la ONU, 313 mil personas esperan en la frontera, y según agregó UNICEF, un tercio de estas son niños menores de 5 años y casi uno de cada 10 no ha cumplido aún el año.
MINAS ANTIPERSONA. El alto comisionado se mostró finalmente consternado por las informaciones de Amnistía Internacional acerca de la existencia de minas antipersona en la frontera con Bangladesh, plantadas, supuestamente, por el ejército birmano.