María amenaza con devastar Puerto Rico

El huracán María avanzaba, al cierre de esta edición, camino de Puerto Rico con categoría 5 (máxima potencia) y ya alcanza vientos sostenidos de 280 kilómetros por hora, solo 15 menos de los que tocó hace dos semanas el huracán Irma —el mayor registrado en la historia del ­Atlántico—, según el último informe del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos. Se calcula que María entrará la madrugada de hoy miércoles a Puerto Rico por el oriente y lo atravesará de costa a costa subiendo hacia el norte, rozando tal vez el extremo oriental de República Dominicana pero librando de su torbellino destructor a Haití, a Cuba y a la península de Florida.

“El huracán va a ser violentísimo. Va a impactar en todo Puerto Rico con una fuerza y violencia que no hemos visto en varias generaciones”, se lamentó ayer el gobernador de la isla, Ricardo Roselló, y explicó que las casas vulnerables con techos de zinc o madera no podrán resistir, por lo que rogó a los ciudadanos que en vez de aferrarse a sus hogares se pongan a salvo en refugios. “Si no estamos seguros, nuestra vida corre peligro. Las propiedades se pueden arreglar, las vidas no se pueden sustituir”, dijo.

Puerto Rico ha abierto 500 refugios con capacidad para más de 100 mil personas y ha iniciado la evacuación de zonas costeras.

Impacto mortal. María tocó tierra el martes de madrugada en la isla Dominica devastándola y dejándola incomunicada y con al menos cinco muertos. María se ensañó también con el archipiélago de Guadalupe con una tromba de agua, viento y rayos que ya ha dejado al menos un muerto y dos desaparecidos en un naufragio.

El primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, puso en Facebook: “El viento arrasó los techos de la vivienda de casi todas las personas con las que hablé o contacté de otra manera. El techo de mi propia residencia oficial fue uno de los primeros en volar”.

La destrucción generalizada en Dominica habría afectado además a la ciudad norteña de ­Portsmouth. Según el testimonio de un radio aficionado, los destrozos fueron muy superiores a los del huracán David en 1979, que dejó arrasado ese territorio caribeño.

Un segundo huracán, José, también está activo en el Atlántico y ha motivado alertas de tormenta tropical en el noreste de Estados Unidos.