Con una celeridad que no se le vio en el caso de la asociación “Yúnete”, la Fiscalía General del Estado se fue con todo contra la directora de Servicios Municipales del Ayuntamiento de Veracruz, Fabiola Balmori.
Desde este lunes comenzaron a circular fotografías en las que se aprecia la descarga de despensas en una cochera que supuestamente sería la de la casa de la funcionaria municipal, quien es una conocida priista porteña que ha manifestado su intención por buscar un cargo de elección popular el año entrante.
Eso fue suficiente para que el fiscal Jorge Winckler iniciara una persecución en su contra, al grado de que fue detenido el esposo de Balmori, Juan Antonio Pinilla Rodríguez, quien es presidente del Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas de Veracruz, ya que la policía ministerial se presentó en su domicilio y lo encontró junto con otros integrantes de ese organismo gremial, efectivamente, cargado en vehículos apoyos para damnificados del sismo.
Según la versión de Pinilla y otros testigos, dichos apoyos fueron adquiridos a través de una colecta entre los miembros del Colegio de Ingenieros. Pero a las huestes de Winckler les importó un pepino la explicación, y se llevaron detenido al esposo de Balmori y a los choferes que cargaban las camionetas con los víveres y enseres.
Si Fabiola Balmori o su marido infringieron la ley acaparando despensas para damnificados –lo cual debe ser probado por la autoridad- sin duda que merecen un castigo ejemplar, y hasta lo aplaudiríamos. Sólo tenemos una pregunta: ¿y para cuándo va al bote Rafael Abreu? El presunto delito es el mismo. ¿O él no, porque es “íntimo” del “fiscal carnal” y de los “Juniors” del yunato?





