Osorio Chong, no alcanza a comprender su derrota

No fue el jueves pasado (23 de noviembre), cuando perdió la posibilidad de ser el candidato presidencial del PRI Miguel Ángel Osorio Chong; tampoco fue el lunes 27 de noviembre, cuando con el pronunciamiento de sus aspiraciones presidenciales de Meade, los búfalos del PRI, se dejaron salir con toda su furia para concentrarse en la avenida Insurgentes Norte, sede nacional del tricolor, a fin de manifestarse todos en favor de José Antonio Meade Kuribreña, pues acostumbrados como estamos a las imposiciones políticas, en el CEN del PRI solamente esperaban la línea de los Pinos, para acercarse a ofrecer su respaldo y poder en favor del ungido, a quien suponen desde hoy, como el nuevo mesías quien recibirá el báculo de Enrique Peña Nieto, para caminar por todo el territorio nacional; y los poderes mágicos que son más fuertes a los poderes instituidos del estado; Ejecutivo, Legislativo y Judicial; más los poderes fácticos que incluyen al Ejercito, la Marina, la Policia Federal, la prensa, los liderazgos de las iglesias y cultos, los empresarios y los jefes de los carteles de la delincuencia organizada y desorganizada; los que al avalar a José Antonio Meade como precandidato del PRI, éste tiene el triunfo asegurado y junto con su familia, desde ahora deberán ir pensando en la remodelación interior de los Pinos.

Fue el propio Enrique Peña Nieto, primer priista de México, quien al promover y autorizar las reformas a los estatutos internos de su partido el PRI, con el propósito de “eliminar barreras” que impedían la candidatura al más elevado puesto político del país, para todos aquellos que no tuvieran un mínimo de diez años de antigüedad; que con credencial de militantes del Partido Revolucionario Institucional, hubieran ganado previamente, algún cargo de elección popular y prácticamente la Reforma al PRI del presidente Peña Nieto, para dejar abierta la puerta a fin de que cualquier ciudadano mexicano en ejercicio pleno de sus derechos políticos, pudiera manifestar sus aspiraciones a contender el próximo 1º de julio de 2018, por la presidencia de México. Y así lo hizo el joven tecnócrata, que ha desempeñado importantes funciones públicas en los gabinetes presidenciales de Vicente Fox Quezada, Felipe de Jesus Calderon Hinojosa y con el actual mandatario Enrique Peña Nieto.

Con Peña Nieto, Meade Kuribreña entró como Secretario de Relaciones Exteriores y venia de desempeñarse como Secretario de Hacienda, pasando después al cargo de Secretario de Desarrollo Social, para regresar finalmente como titular de la Secretaria de Hacienda y Crédito Publico, donde su cercanía y buenas relaciones con el doctor Agustín Carstens, le permitieron mantener el control de precios hasta donde ha sido posible, aún con la liberación del precio de las gasolinas; y la flotación del peso mexicano frente al dólar, a costa de las reservas del Banco de México, que han tenido que salir de emergencia, en auxilio del mal baratado peso de los mexicanos. Pero decíamos que Osorio Chong, politico-político, no vio caer sus aspiraciones el jueves de la semana pasada; él ya sabía que sus bonos en el único que decide por su sucesor dentro de las filas del PRI, estaban a la baja y que solo un golpe espectacular (faltando un año para el cambio de gobierno), podría remontar un cambio en la determinación del primer priísta de México, para que Miguel Ángel Osorio Chong, viera cumplidas sus aspiraciones de llegar a los Pinos.

El joven tecnócrata José Antonio Meade Kuribreña, hasta hoy, parece vencedor en la lucha política por la presidencia de la República, frente al político Miguel Ángel Osorio Chong, de quien también se merece mencionar que desde los puestos más modestos que ocupó en su tierra natal Pachuca, Hidalgo, ha tenido una carrera ascendente, impresionante y envidiable, dando los mejores resultados; con una sola excepción que la sociedad en su conjunto ha señalado y que sus enemigos políticos, han difundido, se trata de la seguridad nacional, inseguridad en todo el territorio nacional, crecimiento de bandas crimínales y grupos de narcotraficantes, cuyos resultados violentos han llevado a México a ser considerado por otros países, como el menos seguro para visitar y los vetos en varios estados de la Unión Americana para viajar a México por parte de turistas norteamericanos, se basan precisamente en la inseguridad que correspondía al Secretario de Gobernación combatir y erradicar, toda vez que tiene bajo su mando a la Secretaria de Seguridad Pública, que también ha dado los más tristes y pobres resultados con el novato Renato Sales Heredia ex procurador este último de Campeche e hijo de un político más notable, como fue su progenitor Renato Sales Gasque, quien ocupó los cargos de Procurador del Distrito Federal; Senador y Gobernador de Campeche, además de académico y jurista reconocido. Hay quienes opinan en Campeche que “lastima de nombre en tal hombre”.

La seguridad de Miguel del Osorio Chong para llegar a los Pinos, la tenía basada y sustentada en la “amistad” que creía tener con el licenciado Enrique Peña Nieto, olvidándose de algo elemental en política, donde “los amigos son de mentiras y los enemigos son de verdad”. Osorio Chong comenzó su carrera política como Secretario de Desarrollo Social de Manuel Angel Núñez Soto, ex gobernador de la tierra de la “barbacha”; de ahí ascendió a Subsecretario de Gobierno; después Secretario de Gobierno; Diputado Federal y de ahí alcanzó el cargo de Gobernador de Hidalgo, donde los grupos políticos afines a Peña Nieto, están representados hoy por hoy, por Omar Fayad, ex alcalde de la capital y hoy Gobernador, esposo de la actriz de Televisa Victoria Rufo; y por otro personaje importante de los aliados de Miguel Ángel Osorio Chong, que es el ex gobernador hidalguense y ex titular de la PGR Jesús Murillo Karam.

Solo por esas y otras muchas razones, al parecer, ha quedado en el camino de los derrotados sin antes haber luchado frontalmente contra el vencedor, quien llegará limpiecito a la candidatura que le dio con toda su fuerza el nuevo líder del grupo Atlacomulco, licenciado Enrique Peña Nieto.