Andrés Manuel López Obrador ya hizo oficial su aspiración a la presidencia, todos sabemos que va por la tercera batalla, durante este tiempo ha hecho algunas giras de campaña difundiendo su plan de gobierno en caso de llegar, sin embargo, ya como pre candidato informó sus primeras 10 promesas a cumplir, de las cuales hay unas factibles, y otras no sé qué le parezcan a la ciudadanía la idea de darle dinero a los “ninis”, independientemente de ser aterrizable o no.
Es de reconocer que de estas 10 ninguna es la típica o común en campaña de primer momento, la forma en la que el tabasqueño comunica estas propuestas hace que a un sector de la ciudadanía le llegue a los sentimientos, es decir, ¿a quién no le gustaría que hubiera eterna paz en nuestro país?, mientras que otro político promete disminuir la inseguridad, este hombre lo maneja con un discurso de marketing atacando a las emociones, en nuestro México hay inocentes culpables y asesinos sin arrepentimiento, los arrepentidos, etc.
Una de las promesas de AMLO es el combate a la inseguridad, pero manejado de esta forma: “Aseguró que atenderá las causas sociales y económicas que generan la violencia y reiteró que se otorgarán amnistía a infractores que opten por su readaptación, como ha sucedido en otros tiempos en nuestro país y en el mundo”. La estrategia de este político no son oraciones que se escuchen elegantes y preparadas, él llega o busca llegar al corazón de los mexicanos, por lo del “perdón”, segunda oportunidad, paz mundial, habrá quienes estén en desacuerdo y quienes apoyen esta propuesta, por el momento ya tiene ganado una parte.
Otra promesa disfrazada de mantener a las personas que no encuentran trabajo o no buscan trabajo es: Trabajo y escuela a jóvenes, dijo que todos los jóvenes que estudien en el nivel medio superior tendrán una beca mensual y “300 mil universitarios de familias de escasos recursos recibirán un apoyo de 2 mil 400 pesos mensuales, también se contratarán a 2 millones 2 mil jóvenes, a quienes despectivamente algunos llaman ninis y se les otorgará un sueldo como aprendices”. Una vez más, dice lo que la gente de clase baja quiere escuchar “no preocuparse por el dinero”.
Trae una estrategia distinta a los demás, sin el “choro mareador” de Ricardo Anaya, el dinosaurezco discurso de José Antonio Mead, esto sí lo hace parecer loco, pero olvidan que lo hacen ver humano y que pareciera que es más “ciudadano” que político. Descalificándolo no es la estrategia indicada, sólo lo pondrán como víctima, algo tendrán que hacer sus contrincantes, porque este señor está diciendo lo que muchos, hace años han querido escuchar y eso sí que da miedo.
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