Y en más pruebas del “cambio”, el Congreso del Estado nombró a los magistrados anticorrupción propuestos por el titular del Ejecutivo local, mismos que tienen ligas políticas con el actual régimen.
El caso más vergonzoso es el de Pedro García Montañez, quien se desempeñó como secretario particular del propio gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, lo cual de suyo representa un conflicto de interés que debería haberlo hecho inelegible para el cargo. Y como él, los demás flamantes magistrados del Tribunal de Justicia Administrativa tienen ligas claras políticas con el yunismo, lo que hace que resulte una absurda simulación el Sistema Estatal Anticorrupción.
¿Se acuerdan que apenas el año pasado, cuando Javier Duarte pretendió armarse su sistema anticorrupción, los yunistas se rasgaban las vestiduras y acusaban inmoralidad política?
Ahora están calladitos, calladitos.





