El que sigue muy “crecidito” es el “fiscal carnal” de Miyuli, Jorge Winckler Ortiz, a quien ahora le ha dado por querer enmendarle la plana a los medios manipulando los hechos a su conveniencia.
Por ejemplo, en el caso de los jóvenes reportados como desaparecidos en Chicontepec y este jueves fueron localizados, en el boletín oficial se enfatiza que “la calidad de los seis jóvenes, de los cuales cuatro cuentan con la mayoría de edad, nunca fue de desaparecidos”, pues según la Fiscalía “sus padres conocían su ubicación”.
Con esa base, el boletinero de Winckler se dio el lujo de rematar –literalmente- su comunicado lanzando un exhorto “a quienes tienen a su cargo la alta responsabilidad de informar a la sociedad, a que realicen una verificación de la credibilidad de sus fuentes, a fin de no emitir notas infundadas o que distorsionen la realidad de los hechos”.
Dos cosas habría que aclarar. La primera, que fueron los familiares de los jóvenes quienes los reportaron como desaparecidos, ¿qué fuente más confiable y cercana que ésa? Y la segunda, que si la Fiscalía General del Estado no ocultara la información a los medios como es su costumbre hacerlo, escudándose en el “debido proceso”, pues no habría por qué equivocarse. Y si quiere que los comunicadores “preguntemos”, pues que nos desbloquee de su cuenta de Twitter. Vaya contradicciones del Fisculín II.
Pero aquí la información sólo se le proporciona a los medios y reporteros que le celebran sus paellas y se le ponen de tapete al “fiscal carnal”, para que la manejen a su conveniencia, mientras que a los que intentan hacer periodismo de verdad, se les ponen trabas… y trampas.