Mucha polémica generó el artículo que subió el ex candidato a la rectoría de la UV, Jorge Manzo a su blog personal. Lo menos que dijo el destacado investigador es que al parecer hubo «gato encerrado» en la designación de Sara Ladrón como Rectora, y de paso el prestigiado académico le dio tremendo raspón a la Junta de Gobierno de nuestra máxima casa de estudios al afirmar que ese órgano colegiado ha eliminado de su diccionario dos palabras claves: ética y transparencia. ¡Sopas!
Asimismo, Jorge quien no tiene nada de manso, añadió: «Si eso fue lo decisivo, tal parece que de los nueve notables uno, sólo uno, fue el que decidió la designación. Considero lesivo que una sola persona tenga el poder de inclinar la balanza en una institución de más de ochenta mil almas. La Universidad merece discusiones y designaciones mucho más dignas, porque el resultado produjo diversas reacciones y opiniones encontradas en la comunidad. Ya por ahí alguien dijo, con muy buen tino, que cuando el resultado hace que cada quien tenga su propia opinión de los hechos, es que entonces algo salió mal, ya que alejarnos de un resultado objetivo convierte a todo el proceso en un espectáculo”.
Y dicen que el voto decisivo del “notable” ex miembro de la Junta de Gobierno para que Sara Ladrón se reeligiera fue el emitido por Ricardo Corzo.





