Éste bien puede ser (aclarando, puede ser) un esbozo de brevísima crónica del desenlace de las precandidaturas al Senado, en el PRI.
Luego de que la semana pasada “tumbaron” la fórmula Sonia Sánchez-Juan Manuel Diez Francos, el Senador Héctor Yunes Landa montó en cólera pues la ex esposa del ex gobernador Patricio Chirinos Calero era posición del choleño rojo.
Fue entonces que comenzó una nueva puja para derribar la otra propuesta de fórmula Anilú Ingram-Oswaldo Cházaro. La idea fue entonces, ante la presión de Héctor, de impulsar una tercera fórmula en discordia.
Empujó fuerte Juan Nicolás Callejas y hasta chantajeó con revivir un nuevo movimiento magisterial contra la Reforma educativa, nueva postura que por cierto le valió una tunda en las redes sociales pues los sindicalizados del SNTE 32 le recriminaron a Juanito por qué su inusitado cambio. La rabieta del famoso “King” le sirvió y el pasado domingo se registró como precandidato al Senado. Ya el sábado anterior hizo lo propio la diputada federal con licencia María del Carmen Pinete Vargas.
De Juan Nicolás Callejas no se tiene la certeza de que en su calidad de sentista y candidato al Senado realmente vaya a apoyar al cien por ciento al abanderado de la alianza PRI-PVEM a la gubernatura, José Yunes Zorrilla. Se sabe mucho de los acercamientos en el pasado reciente y en el presente del vástago del extinto líder Juan Nicolás Callejas Arroyo con el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. No dudemos que el diputado local priista apoye por debajo del agua tanto a Miguel Ángel Yunes Márquez, precandidato a suceder a su padre por la coalición PAN-PRD-MC como a la prospecto a la primera magistratura de la entidad por el PANAL, la ex morenista Miriam González Sheridan quien servirá como ariete para golpear a Pepe Yunes y al precandidato de Morena, Cuitláhuac García Jiménez.
Por su parte, de María del Carmen Pinete sólo basta decir que fue insertada en esta nueva mancuerna para cubrir la cuota de género. Ella es una política muy regional. Su presencia se circunscribe al distrito de Tantoyuca y otros municipios norteños. En el resto del estado, la Pinete es una ilustre desconocida.
Ahora habrá que ver si este desenlace satisface plenamente a Héctor Yunes Landa, a quien se le ha visto un poco distante en los últimos días hacia el proyecto de Pepe Yunes. Los hectoristas no se han incorporado o bien no los han incorporado a la precampaña rumbo a la gubernatura. Ellos, los fans de Héctor, prefieren ahora comentar en corto que ya están trabajando para el proyecto para la gubernatura (vaya futurismo demasiado anticipado) ¡de 2024!
Pero estos avezados futurólogos deben estar conscientes de que si no hay 2018, por supuesto que no habrá 2024. Así de sencillo. Por lo tanto, si los hectoristas no hacen ganar a Pepe o cuando menos apoyarlo de manera decidida para que desempeñe un papel decoroso, no habrá futuro para nadie, ni en el 2024 ni nunca. Esto es de elemental sentido común para garantizar la sobrevivencia política. Si alguien duda esto último, que le pregunten a Javier Duarte de Ochoa, quien pese a su balandronada de “aunque Héctor no quiera, lo voy a hacer ganar”, finalmente al entonces gobernador le ganó la víscera y ahí están los resultados por todos conocidos.