“”Cuando gobiernan los buenos el pueblo está alegre, cuando gobiernan los malos el pueblo gime”” Proverbios 29-2.
La guerra sucia entre los aspirantes a la Presidencia de la República, se vuelve cada día más cruenta y los saldos dejan sin una opción real que proporcione un buen gobierno. Porque si de escarbar su pasado se trata, todos tienen alguna mancha que puede ser tan pequeña como los “prietitos” en el arroz o ser tan grande que cubra la imagen completa de los candidatos. Y no se trata de exponer ante el electorado al menos corrupto para que el día de la jornada electoral, sea el triunfador; lo que se requiere y lo que se busca para México es un buen gobernante.
Las Sagradas Escrituras que contienen la Palabra de Dios, señalan los requisitos que debe cumplir el postulado para ser gobernante de su pueblo, al que debe procurar tranquilidad, paz social, justicia y prosperidad dentro de la mayor equidad que la sabiduría es capaz de conceptualizar en la mente de un hombre o una mujer brillante, que sobresale del común de la gente que constituye la masa social de una nación.
Y para ello, dice la Biblia que un gobernante: ““1.- Debe amar a su pueblo; 2.- Debe ser un servidor de los demás; 3.- Debe dar ejemplo de un buen liderazgo familiar; 4.- Ni codicioso, ni avaro, ambicioso, ni mezquino; 5.- Ser lo más preparado para la toma de decisiones; 6.- Ser humilde, siempre con los pies sobre la tierra y no sentirse superior a los demás, ya que nadie quiere un dictador; 7.- Permanecer sobrio para actuar con la mente sana y mantenerse sano. El filósofo griego Décimo Junio Juvenal, acuñó la frase: “mens sana in corpore sano”; 8.- Ser instruido, pero como un solo hombre no puede ser “todologo”, debe rodearse de personas capaces en las especialidades que sean necesarias para el buen gobierno.
A lo anterior podría agregarse como requisitos para elegir un buen gobernante: 9.- Evitar a un controlador de los medios de comunicación, que no acepta la crítica porque se siente infalible y dueño de la verdad; y 10.- Ser amante de la libertad, para no encarcelar a sus críticos, a sus enemigos personales, por un simple capricho o por tener el mando de los cuerpos policiacos, de la fiscalía y de los tribunales.
Claro que esas características resumidas en las 10 consideraciones antes transcritas, difícilmente se encontrarán en alguno de los cuatro candidatos presidenciales. Luego entonces habrá que conformarse con el menos malo.





