El que sigue sin entender lo que es la civilidad política es el presidente municipal de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero.
Aun cuando estaba invitado para acompañar en el templete al gobernador Miguel Ángel Yunes Linares durante el desfile del 1º de mayo, el berrinchudo edil se acuarteló en el palacio municipal, quizás creyendo que ahí se encontraría “a salvo” de algo.
Pero resulta que con todo y el desplante, al alcalde le tocó “baño” de reclamos de parte de varios sindicatos municipales, que le señalaron las múltiples pifias que ha cometido su administración en apenas cuatro meses de gestión.
Nomás no entiende.





