El que ya no sabe dónde meterse ante el declive del proyecto político que representa es el presidente Enrique Peña Nieto.
Cuestionado por la prensa sobre la muy rumorada negociación subrepticia para que José Antonio Meade decline por Ricardo Anaya como medida desesperada para frenar a Andrés Manuel López Obrador, Peña Nieto contestó muy al estilo de un antecesor suyo, de infame memoria.
-Ya se habla de una declinación de Meade por Anaya, ¿cómo ve?- le preguntaron.
-Qué preguntones andan el día de hoy…veo que no veo nada. Veo que no veo. Veo que no veo nada- contestó.
-¿Una declinación cómo la vería?- le insistieron los reporteros.
-Veo que no veo. No sé qué ven ustedes- reviró Peña.
-Que ya están negociando con usted, ¿cómo ve?- le atizaron.
-Veo que no veo. Nadie negocia conmigo. Yo soy Presidente. Los candidatos y sus campañas corren en otro camino- aseguró el mandatario.
¿Lo habrá asesorado el “innombrable”?
