Conforme llegó la hora de la comida comenzaron a escucharse más cohetes de arranque. Son la señal de los festejos del Día de la Cruz en algunas construcciones en este 3 de mayo.
La celebración religiosa
Si bien, es característica la comida y la bebida de cervezas, aguardiente u otra copa, antes, los trabajadores de la obra de la calle Landero y Coss, en el centro de Xalapa escucharon una oración y recibieron una cruz franciscana como signo del sentido de esta celebración.
“Tratamos de hacer una celebración más apegada a la tradición primaria del día, la idea es celebrar la Cruz, entender que la Cruz es el camino de llegar a un objetivo, no hay éxito si no hay cruz, por eso es que nos apegamos mucho a la idea de que las obras nacen y crecen al pie de la cruz, más cuando hay trabajo arduo” explicó el arquitecto Arturo Merinos previo al levantiento o colocación de tres cruces en la construcción.
Hoy los trabajadores de la empresa Consultorio de Urbanismo y Arquitectura llegaron más temprano. A las 7:30 de la mañana comenzó la misa y a partir de la una de la tarde suspendieron los trabajos para iniciar los festejos que concluirán hasta el 20 de mayo con un partido de futbol entre los trabajadores de la construcción y los de oficina.
Tacos, bebida, baile y rifas
Al fin llegó la hora de comer. Los maestros de obra y los albañiles se sentaron sobre una banca y los arquitectos e ingenieros les sirvieron las órdenes de tacos al pastor y refresco.
Pusieron la música y se oía constantemente el estruendo de los cohetes. La fiesta apenas comenzaba.
“Van a llegar las muchachas, entre nosotros cómo nos vamos a ver”, dijo entre risas José Inés Sánchez Mendoza sobre el baile que se preparaba entonces.
Todavía no se abren las cervezas, pero el ambiente es cada vez más relajado “Felices los cuatro” suena en un reproductor música mientras los albañiles siguen comiendo.
Pastel, música, rifa de regalos y alcohol es parte de su celebración.
Un oficio de esfuerzo físico
Para ellos como en cualquier otro oficio, la fiesta en su día se justifica. Es un oficio en el que el esfuerzo físico es quizá lo más pesado.
“Lo más pesado para un albañil es el colado, la culminación de una obra, pues trabajan de 7 de la mañana a 4 de la tarde subiendo mezcla a una o dos plantas. “Un accidente puede pasar en cualquier lado”, dice José Inés sobre los riesgos de su trabajo. Lleva 15 años en este oficio, de los cuales, 10 ha sido maestro de obra. “Poco a poco va uno subiendo”.
Mejor pagado que otros trabajos
Pero aun así, puede ser mejor pagado y con menos horas que otros trabajos, reconoce Valentín García, quien comenzó como ayudante y siguió como media cuchara y ahora es maestro de obra.
“No tardé mucho, como tres años. Hay que tener valor de aventarse, hay mucha gente que no llega, no pasa de ahí. Tienen miedo”.
Gana poco más de tres mil pesos a la quincena. “La verdad de estar parado todo el día, mejor aquí”.
Cuando son contratados por una empresa, los albañiles no carecen de trabajo durante el año y cuando es su día son bastante “apapachados”, aunque no todos tienen la suerte de trabajar de esta forma.









