Cada vez son más las personas en Xalapa que usan las calles, banquetas o parques para dormir, comer, prácticamente para sobrevivir ante la falta de un techo propio.
Detrás de las esculturas de las Cuatro Virtudes, en el Parque Juárez, a escasos 20 metros del Palacio de Gobierno, Arturo Olivares Ceballos tiene una mesa de madera donde come y aguarda cobijas y ropa que usa a diario.
“Tenía más cosas, pero mejor las metí, porque pasa mucha gente por acá”.
Caminar por la calle Barragán, justo detrás de las Virtudes, obliga a aguantar olores a orines y excremento.
Arturo, quien habla rápido y enredado y usó esta mañana un moño negro bajo el cuello, asegura que no orina ni defeca en la calle y que usa los baños del Parque Juárez.
“A veces vienen unos borrachos y se derivan allá abajo, gente que viene a tomar… les dije que no lo hagan porque pasa gente, tienen que venir las personas que barren para que junten todo eso”.
“Me gusta tener todo en orden, me gusta trabajar, no hago otras cosas, más que trabajar, asegura.
Aunque dentro de la serpiente Quetzalcóatl construida durante la administración de Elizabeth Morales con la intención de servir de área infantil hay cartones y rastros de personas que pernoctan, asegura que duerme en una banca de la parte trasera del Parque Juárez.
“Nos quedamos allá”, dice, señalando al Parque Juárez… me quedó aquí”. “Nos levantamos temprano porque no tenemos todo el puto día para dormir”.
¿No tiene casa?
“Sí tengo, la cosa es que mi familia no está y yo no tengo llaves para entrar, está en la colonia Veracruz, yo ni tengo casa, es de ellos”.
Durante la mañana y la tarde saluda con familiaridad a los vecinos y personas que pasan caminando por la calle Allende.
Asegura que lava los coches que estacionamiento ahí algunos vecinos o trabajadores de la zona y es así como gana algo para comer.
A diferencia de otros indigentes, no podemos ayuda a las autoridades, sólo el favor de que lo dejen seguir ahí.
Su presencia ya no puede pasar desapercibida, pues en la barda, detrás de las cuatro virtudes cuelga su ropa y deja las cosas que debe meter debajo de las bancas de cemento cuando lo sorprende el agua.
