En el año 2010, último de la administración del doctor Fidel Herrera Beltrán, al frente del Gobierno de Veracruz, señalaba que “”quien quiera gobernar a México bien y servirlo bien, necesita a Veracruz”” y hoy a ocho años de distancia, la recomendación del exgobernador veracruzano, tiene plena vigencia y se convierte en una condición sine qua non, para aprovechar los recursos naturales, entre los que se cuenta cerca de la mitad de las reservas petroleras de la nación.
Los bosques tropicales e hídricos, sus más de cuarenta ríos y afluentes; las llanuras costeras, las tierras altas con montañas y picos como el de Orizaba que es el más alto de Mexico, recursos forestales que incluyen áreas protegidas de especies botánicas nativas; agua suficiente para riego y para generar energía hidroeléctrica, con corrientes marinas que nacen en las montañas, corren por los valles y desembocan en el Golfo de México.
Veracruz cuenta con recursos minerales, arena sílica, mármol, cuarzo, arena caliza, ópalo, azufre, caolin, estaño, hierro y amatista; y metales valiosos como oro, plata, plomo y zinc. La mayor parte del territorio veracruzano, cuenta con tierras fértiles, de gran potencial agrícola que el extinto gobernador Agustín Acosta Lagunes, vislumbro convertir a Veracruz en el granero de la nación.
Aunado a lo anterior, con los recursos pesqueros y la flora y la fauna, de la entidad jarocha, se obtendría una gran producción agrícola, pecuaria, forestal, pesquera, hidráulica y petrolera que al margen de confrontaciones estériles de orígenes partidarios, los primeros beneficiarios serían los habitantes del Estado, unidos en un claro propósito de reconciliación que acabaría con la división, la inactividad, el desempleo y los conflictos políticos que a nada nos conducirán.
Si las propuestas de los candidatos a la presidencia de la República y al gobierno del estado incluyeran en sus planes y programas de gobierno, el aprovechamiento de todo lo relatado en los párrafos anteriores, Veracruz será la primera entidad de este país, que en lugar de exportar mano de obra en busca del “sueño americano” atraería a muchos hombres y mujeres deseosos de alcanzar lo que sería “el sueño veracruzano”, para alcanzar una estabilidad económica, con oportunidades de desarrollo personal, en un clima de tranquilidad y paz.