¡Más claro, ni el recibo del agua!

Orlando Carmona
Al calor de las campañas electorales, se suelen proponer cuestiones que terminan por ser meras utopías, pues tienen como finalidad llenar la pupila de los votantes. Esto suele acarrear problemas a la hora de ejercer el cargo público, si es que dicho candidato resulta electo. Esto es lo que precisamente le ha pasado a Hipólito Rodríguez, quien no termina de convencer en sus casi 150 días de gestión.
Si bien es cierto, se puede apelar a su favor y decir que es un periodo muy corto para hacer cambios fundamentales en los temas centrales de la ciudad de Xalapa. Por lo que bien se le podría dispensar en temas como: seguridad, desarrollo económico, fomento al empleo, etc.
Sin embargo, podríamos evaluar otros aspectos que representan un compromiso incumplido en cuanto a sus propuestas de campaña. Nos referimos al tema de los altos costos del Agua. Este rubro resulta medular, ya que es el mismo alcalde quien repitió en diversas ocasiones que los abusos se acabarían y que tendríamos una ciudad con tarifas justas.
Después de casi medio año de trabajo la realidad es distinta. Ya que los costos del agua no terminan por descender y por el contrario se incrementan mes con mes. Igual que sucedía con su predecesor, lo cual indica que la política en el manejo de CMAS poco o nada ha cambiado.
Quizás el ascenso en las tarifas pueda ser algo simbólico, ya que un peso o dos alcanzan para comprar un chicle o alguna golosina -cuestión que podríamos agradecerle ya que ayudará a combatir el sobrepeso y sus consecuencias-. Desafortunadamente, más allá del tema de salud, existen aspectos que nos hacen pensar que dicho incremento no termina por ser algo equitativo para la población, por varias razones.
En primer lugar, es cierto que el incremento es mínimo (casi el 1% del costo mensual), cabe resaltar que este se realiza mes con mes por lo que en un año el precio habrá aumentado considerablemente. Si ponemos como ejemplo a una persona que paga 100 pesos al mes, en un año tendrá que pagar 112 pesos y al término de la gestión de Rodríguez Herrero llegará a un estimado de 148 pesos, lo que representaría un incremento cercano al 48%, lo que se traduce en un severo golpe al bolsillo de los xalapeños.
Por otro lado, según el cuadernillo estadístico municipal del Xalapa (2016), en el municipio existen cerca de 137,938 hogares con toma directa de agua. Si a cada uno de ellos sumamos el incremento estimado de 48 pesos, podremos sacar una cifra que ronda en los 6 millones de pesos, tan sólo en el ejercicio de una gestión municipal de cuatro años.
Si bien los números son algo burdos, ya que no se cuenta con una cifra real y sólo son estimaciones basadas en unas cuantas comparaciones con vecinos y familiares, bien podemos ver que el incremento no es tan minúsculo como parece.
Como tercer punto, podemos analizar una de las declaraciones de Hipólito, quien sostenía que: “Hay un gran abuso del precio del agua, y estamos haciendo análisis para hacer descuentos para esas colonias populares”. Cuestión que ya denota que él considera que se deben bajar las tarifas, pero sólo para las colonias con menos recursos, lo que se torna injusto para los demás sectores de la población, como si la calidad del agua también se dividiera por zonas y cuotas (entiéndase la ironía y no una suerte de clasismo).
El problema que resulta de esto es que la llamada clase media terminará siendo quien lleve a cuestas el desarrollo del municipio, en aras de los más desprotegidos. Como si fuera poca cosa el pago del predial y otros tantos impuestos.
Un cuarto punto que podemos mencionar es que, a partir del mes de mayo, el tono de los recibos cambió, pasando del clásico color azul a un color pardo que recuerda a los logotipos e insignias partidistas de MORENA. Más allá del gasto que esto representa, debemos señalar que esto es otro desatino del señor Hipólito y su gestión, ya que el azul de los recibos era alusivo al vital líquido, ¿acaso estará queriendo decir que el agua ahora será de dicha tonalidad?
Sea de la forma que fuere, lo que se espera es que todos los habitantes podamos gozar de un sistema eficiente y transparente en el manejo de los recursos públicos, en particular de lo correspondiente al tema del agua. Y, al mismo tiempo, esperamos que los incrementos cesen para toda la población, como se estipuló durante su campaña y no sólo para unos cuantos.
¿Ocurrirá un cese a los incrementos o se quedará sólo en el tintero, como tantas propuestas que se han formulado gestión con gestión?
¡Más claro, ni el agua!