Quedan exactamente 21 días para que México vica las elecciones más competidas de la historia, desde que la república se erigió como un país democrático y privilegió al voto como la herramienta suprema de elección de los poderes que gobiernan, para bien o para mal, esta nación que se juega el futuro de los mexicanos en estos comicios 2018.
Los candidatos presidenciales tendrán su última oportunidad de convencer al electorado, ese que tiene la gran oportunidad de elegir al gobernantes, primero de ¿por qué? deben de votar y segundo de a ¿quién deben de elegir? de estas dos situaciones depende el destino del país, los escenarios están llenos de suspicacias y especulaciones sobre lo que representa el triunfo de cada uno, lo que se ha visto y conocido de cada candidato representa, de algún modo, la forma conductora de gobierno que prevalecerá durante el sexenio que sea Presidente.
Las encuestas realizadas en este proceso electoral, finalmente, sustituyeron el monopolio que las televisoras tenían en antaño, para inclinar la balanza hacia tal o cual candidato y, aunque han sido determinantes, para dar la apariencia de triunfo irrefutable del candidato que las lidera las encuestas sólo muestran la realidad parcial, el conocimiento del candidato y una probable intención del voto para él el día de las elecciones, pero no como será su gobierno.
La verdadera encuesta es el 01 de julio a las 23 horas, donde en verdad conoceremos al ganador de la elección presidencial o, como dicen los expertos, las tendencias que favorezcan al candidato con mayor número de votos.
Obviamente estamos hablando de números, es decir, estadísticamente los candidatos tienen la contabilidad de los votantes que han dicho que votarán por tal o cual candidato, la decisión final del elector tiene que ver como se observa él mismo y como observa al país después de que el ganador tome posesión como Presidente de la República de México.
Las especulaciones y realidades sobre los escenarios que se desprendan después del triunfo de Andrés Manuel López Obrador, donde se privilegie la política populista, el revanchismo político o el pacto con Peña Nieto, y se haga realidad el conflicto con los empresarios, se intente imponer una política igualitaria en un país donde la desigualdad es superior, por mucho, entre los que tiene y los que no tienen, donde una política populista no alcanzará para mantener la paz, el equilibrio social y darle a todos las posibilidades de progreso y desarrollo y todo, todo esto con mucha improvisación y mucho amor y paz.
Tampoco, Ricardo Anaya, podrá resolver los grandes problemas que el país enfrenta, si gana, sin embargo quizás, podría mantener su visión de futuro con las propuestas que ha mencionado sobre algunos temas principalmente cuando habla de los problemas de inseguridad, violencia y corrupción, donde ha presentado estructuras programáticas y realistas de que hacer si llega a ser Presidente con políticas publicas modernas contra la corrupción, inseguridad, violencia, economía y mantener el país a flote dentro de las vorágines económicas internacionales; los planteamientos de Anaya son creibles y medibles, sin embargo, la decisión la mantienen los electores y habrán de dárselas o quitárselas el día de la elección, si coinciden o no con el proyecto de país que propone.
José Antonio Meade, el priísta, en su campaña ha demostrado que no es tan mal candidato porque ha dado a conocer, en su campaña, las cosas rescatables que se pueden hacer u que no hizo cuando era empleado del actual Presidente; de buena formación administrativa, político y con experiencia en algún momento de varias secretarías de estado donde, él mismo lo dice, pasó con una relativa fama pública de honesto, aunque, con algunos señalamientos como miembro del sistema, es cierto, pero insisto, quién le dice no a un Presidente, Meade, es el candidato del peor partido en la historia moderna del México, el PRI. Aunque en realidad la construcción de la corrupción la tienen los políticos emanados del PRI por tanto tiempo, no tanto el partido.
Jaime Rodríguez, el Bronco, un político extraño con algunas cosas interesantes, sobretodo, contra el problema más severos que tienen el país como la violencia y la corrupción, este político plantea la incorporación de la pena de muerte contra delincuentes y delitos graves, pero, también contra los corruptos donde pide y ya lo hizo, formalmente, al presentar una iniciativa de Ley para que lo políticos corruptos y delincuentes peligrosos les mutilen las manos, obviamente, en caso de comprobarles un delito de corrupción o extrema violencia contra la ciudadanía.
Los aspectos presentado en esta breve semblanza es un resumen de lo que en palabras y hechos, los candidatos, han presentado a la ciudadanía, los debates ciudadanos, a favor o en contra, la sufren los aspirantes con señalamientos de sus pasados tormentosos que si López Obrador pactó o no con Peña Nieto que si es vividor del sistema, que si es esto o aquello, que si Anaya lavó dinero que si es traidor; que si Meade es el protector del sistema y del PRI, que si son corruptos, tapadera de los actuales políticos, que si aquí o si allá, o sea, nada reflexionado del porvenir del país con los proyectos de los aludidos.
Que nos espera con un gobierno populista e innovador de políticas públicas etéreas e improvisadas o, el gobierno que le apostará con tecnología, juventud y programas públicos planeados o, la continuidad del sistema prostituido por tantos años instaurado en el gobierno actual o, las “ocurrencias” a medias del candidato independiente.
Las plataformas, ahí están, en el fondo las palabras deben reflejar el proyecto de gobierno de cada uno, ojalá que en los próximos días, busquemos seriamente las propuestas que funcionen en este país, para que no estemos llorando en dos años la equivocación de haber votado por venganza.
Me atrevo a decir que la elección no está definida, la campaña presidencial le quedan pocos días, falta un debate los cierres de campaña presidencial son hasta el día 27 de junio, el mismo tiempo que le queda al candidato le queda a usted, si es que no ha definido su voto para elegir lo que cree que merece México y que, con su participación, usted y yo seremos lo que definirán el rumbo del país, nuestro amado país.
Revise que dicen los candidatos y piense un minuto en ese candidato como ganador, pero, a dos meses de haberse sentado en la Silla Presidencial y se vea el futuro de los seis años.
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