Niños atrapados en cueva de Tailandia no están en condiciones de bucear

Los doce niños y un adulto atrapados en una cueva del norte de Tailandia no se encuentran aún en condiciones de bucear durante una arriesgada operación de rescate que se ha cobrado la vida de una persona, dijo este viernes el gobernador de Chiang Rai, Narongsak Ossottanakorn.

La muerte de un buzo cuando realizaba una misión de abastecimiento anunciada la mañana del viernes ha supuesto un varapalo para las operaciones de salvamento.

El deceso también ha puesto de relieve la difícil operación a la que se enfrentan los equipos dentro de la laberíntica y parcialmente inundada cavidad donde permanece el grupo de enclaustrados.

La víctima, un antiguo miembro de los cuerpos de élite de la Marina identificado como Saman Kunan, de 38 años, pereció la noche del jueves al quedarse sin oxígeno mientras estaba sumergido y tras completar con éxito una misión de suministro a la cueva.

En cada viaje a la gruta, los buzos tienen que atravesar unos 1.7 kilómetros de estrechos pasadizos entre visibilidad nula y corrientes de agua, un camino que toma, ida y vuelta, unas 11 horas.

A las preocupaciones por la aproximación de un temporal de lluvias se suma además el descenso de la cantidad de oxígeno dentro de la cavidad.

Apakorn Yookongkaew, el comandante de los buzos tailandeses, dijo a los medios que se planea tender una tubería para proporcionar aire a los doce niños y el adulto.

Las autoridades barajan dos opciones para la salida de los niños:

bucear a través de los pasadizos inundados ó
encontrar un hueco en la montaña por donde sacarlos con la ayuda de un helicóptero

No obstante, las autoridades eluden anunciar una fecha para las operaciones que, aseguran, procederán de manera gradual, sacando primero a los niños en mejores condiciones físicas y psicológicas.

El grupo -compuesto por doce niños de entre 11 y 16 años y un adulto de 26- fue encontrado la noche del lunes en una isla de terreno seco a 4 kilómetros dentro de la caverna y tras nueve días de intensa búsqueda en la que participaron más de mil 300 personas.

Visiblemente delgados, pero en buen estado anímico y de salud, los chavales están siendo atendidos en la gruta por una decena de militares, entre ellos un médico y un psicólogo.

Los trece se internaron en las galerías el sábado 23 de junio tras un entrenamiento de fútbol cuando una súbita tormenta comenzó a inundar la cavidad y les cortó la salida.