La posibilidad de despenalizar la producción y consumo de la marihuana, además del cultivo de amapola en México que ha expresado la próxima secretaria de Gobernación en el gabinete de Andrés Manuel López Obrador, Olga Sánchez Cordero fue calificada por Juan Pablo García Vallejo, sociólogo, periodista cultural y activista cannábico, como una respuesta tardía y como “una salida priista”.
“Es una respuesta bastante tardía porque es una salida completamente priista. Primero no haces nada y después quieres saltarte etapas. No puedes tú legalizar la amapola sin reconocer los 30 años que tiene los 30 años la marihuana legal en Holanda, del 2000 para acá en Portugal o lo hecho en Uruguay. Es una salida priista y muy a la mexicana, saltarte las cosas.
Lo reprochable para García Vallejo, quien desde 1985 inició la defensa pública del consumo de la marihuana y de los derechos cannabicos es no reconocer que ya hay un trabajo hecho por los propios consumidores desde entonces.
“Comenzamos desde el año de 1985 a reflexionar la necesidad de un debate público, social, sobre la cultura positiva del cannabis durante todo el Siglo XX”. “Este debate se inició en la prensa contracultural, en revistas como Guillotina, el mismo periódico La Jornada. De esta visibilidad puedo destacar tres logros: llevar el debate a las necesidades, llevar el debate a los medios de comunicación y llevar el debate al insensible poder legislativo”, explicó.
El creador del Manifiesto Cannabico lamentó que la participación en esta posible legalización sea selectiva “como lo hicieron con la diversidad sexual. “En 30 años, homosexuales, lesbianas, transexuales, travestis, transgénero, intergénero fueron escuchados, pero solamente por motivos electorales…de nada sirve porque siguen los crímenes de odio”.
Explicó que aun así, hay un avance cuyo logro será gradual. “Va a ser bastante lenta, porque existe una desinformación general. Prejuicios de las mamás, de los periodistas, de los curas, de los maestros, de los médicos. Se necesita reeducar a toda la sociedad”.
Amparos, método selectivo
Sobre los amparos concedidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación a consumidores con fines medicinales y recreativos, Juan Pablo García Vallejo dijo que, aunque es un avance, no garantiza un logro en general en el país, pues es un método selectivo.
“Después de que abrimos esas puertas las iniciativas fueron congeladas porque vivimos en una democracia dividida, lo que tu propones, tu adversario político lo bloquea. Esta cerrazón a nivel legislativo, ahora posivilitó que entrara la Suprema Corte de Justicia, eso está bien, pero esta salida, en vez de ayudar a socializar el debate, está buscando una solución selectiva”.
“Hay cinco millones de consumidores, de qué me sirven cuatro amparos. Las leyes tienen que ser sociales, no selectivas, no caso por caso, ese es un candado jurídico. Nosotros estamos buscando la visibilización digna, el reconocimiento de la diversidad psicoactiva”. “Esto es más social que quedarse a nivel social con amparos. Sí es un avance, pero, después de cuatro años, ahora un amparo se lo pueden dar a cualquier gente, pero no es selectivo las cosas. Tienen que ser con leyes de mayor amplitud, de mayor alcance”.
Entrevistado en la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Xalapa, Juan Pablo García Vallejo insitió en que a los usuarios de la marihuana se les reconozcan derechos, los llamados derechos psicoativos para que no se estigmatice.
“Lo que demandamos es que el estado mexicano no cumple los acuerdos internacionales que ha firmado con la ONU, en los acuerdos internacionales para prevenir las adicciones dice que, los países que firman ese acuerdo tienen que proporcionar información general sobre el riesgo de sustancias sicoactivas a toda la población, no existe. Queremos que el estado mexicano reconozca eso y en segundo lugar, que reconozca que existe una diversidad psicoactiva. Que hay derechos humanos psicoativos. Hay derechos indígenas, derechos de los niños, reconocen el derecho a la eutanasia asistida, reconocen el derecho a proteger a los inmigrantes en territorio nacional y cuando hablan de derechos humanos sobre drogas, les da miedo todavía decir derechos humanos psicoactivos”.
“Eso es lo que queremos: una visibilidad digna que no sea la imagen del consumidor de potencial delincuente, que tiene la etiqueta de enfermo, si no que somos profesionistas, padres de familia. Somos trabajadores, gente que nos interesa la paz y el futuro de México”.





