Mucho se ha hablado acerca de la tersa transición del gobierno federal y la cordial, por decir lo menos, relación entre el Presidente Peña y el electo López Obrador. La mayoría señala convicción democrática, pero a la luz de ciertos hechos parecería más bien que todo va más allá y que está más que planchado.
Para muestra el discurso de ambas partes acerca del entendimiento de comercio trilateral y de acuerdo bilateral de comercio entre Estados Unidos y México, que dejó en claro que ambos estaban de acuerdo en los términos, sin mostrar absolutamente ninguna diferencia.
Es cierto que Jesús Seade participó de las conversaciones como representante del Presidente electo, pero también es cierto que no lo hizo desde el principio y que además fue elogioso de lo conseguido.
Lo planchado se notará una vez que este acuerdo llegue al congreso federal de mayoría morena, seguramente se aprobará sin dilación y con ello podrían darle al Presidente Peña la oportunidad histórica de ser él quien lo firme antes de dejar el cargo.
Claro que mucho habrá de especularse acerca de las razones de López Obrador para aceptar dicha acción, pero es claro que este, como otros temas, parecieran estar planchados de hace tiempo, lo que supondría algún lazo comunicante entre ambos.
Se verá la próxima semana, como se verá que tienen que decir y cómo votarán los priistas. Ahí se revelará de qué tamaño es la plancha.





