Aparte de vender, también nos importa la cultura: libreros xalapeños

Los libreros, quienes se dedican a buscar, seleccionar y vender libros nuevos o usados, cumplen una función social y cultural poco valorada, reducida en la mayoría de los casos a la de simples comerciantes.

“Tienen mal entendido que todo lo hacemos con fin de lucro. Sí queremos vender, por su puesto, sí necesitamos a parte como librerías generar recursos, porque hay muchas librerías que están cerrando, que tienen problemas económicos, obviamente esa parte no vamos a ser mentirosos y decir que venimos porque somos hermanitos de la caridad, no es cierto, pero también nos importa mucho la cultura y lo podemos demostrar”, dijo Olga Lidia Ramírez Salazar, de la librería Aleph.

La coyuntura que generó la reciente prohibición de la venta de libros en la plaza Sebastián Lerdo de Tejada de parte de las autoridades municipales en Xalapa visibilizó el concepto minimizado hacia los libreros y del libro como simple mercancía.

“Los libreros no solo somos vendedores inescrupulosos, transgresores de la norma, afeadores del centro histórico. Somos educadores, somos rescatistas, somos obviamente empresarios validados también por toda esta política neoliberal de contribuciones, pues tributarias, de pagar contador, etc.”, dijo Héctor Leonel Reyes Mora, de la librería Libros de Úrsula.

“Es una lástima que solamente se considere como una cuestión de oferta y de demanda. Nosotros como libreros manejamos distintas áreas y cada uno de nosotros tiene como su forma de trabajo, su clientela, hablándolo en términos de comercio, pero también aportamos algo a distintos públicos, no. Desde niños pequeños, jóvenes, con novelas, estudiantes, universitarios, profesionistas. Nuestra labor es para todos y cada uno de nosotros aporta a la ciudad xalapeña”, dijo Rigoberto Torres López, uno de los libreros más jóvenes en esta capital.

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