Luego de que Ana Miriam Ferráez declinara ser directora del DIF estatal por motivos estrictamente personales (dicen que uno de sus “ex” la amenazó con dar a conocer detalles sobre sus adicciones si insistía en asumir ese cargo), surgió el nombre de Verónica Aguilera Tapia quien a la postre fue designada como titular de esa importante dependencia.
Sin embargo, Aguilera Tapia ha resultado ser una terrible decepción pues ha dado muestras de ignorancia e insensibilidad al exhibir fotos de niños del centro asistencial Conecalli en sus redes sociales, situación que ameritó que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Veracruz abriera de oficio una queja para investigar los hechos.
Muchos se preguntan entonces qué méritos habrá tenido Aguilera Tapia para dirigir el DIF en el estado, porque es más que evidente su falta de preparación académica (caso similar al de Ana Miriam) y su casi nula experiencia en la administración pública.
Pues fuentes mega informadas nos dan santo y seña de cómo esta ex panista logró incrustarse en el equipo del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
Resulta que Verónica Aguilera Tapia fue recomendada por su íntimo amigo Óscar Lara Hernández, ex diputado local del PAN y uno de los operadores clave de Morena en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.
Lara Hernández, empresario venido a menos, hasta hace unos meses estaba prácticamente en bancarrota. Lo único que poseía era un terreno con una casa bastante antigua que está ubicada en la avenida 16 de septiembre, casi esquina Víctimas del 25 de junio.
Pues Óscar se jugó el todo por el todo. Vendió esa propiedad y el dinero que le dieron por la misma, se lo metió todo a la campaña de Cuitláhuac a la gubernatura. Dicen que Lara Hernández, junto con el ahora diputado federal Ricardo Exsome Zapata, se encargaron de los gastos del entonces candidato de Morena-PT-PES a la gubernatura, al menos en esa zona conurbada. Traslado en helicópteros, renta de autos, autobuses, salones sociales, comidas, etcétera, corrieron a cargo de la dupla Lara-Exsome.
Cuentan que Cuitláhuac le ofreció una posición importante a Óscar en su gabinete, a lo que éste respondió que esa oportunidad mejor se la dieran a Verónica, su cercanísima amiga.
Hay quienes afirman que de esta manera, Óscar podría controlar a su antojo el DIF estatal a través de su recomendada. Contratación y compra de bienes y servicios en teoría serían decididos por el ex líder de la CANACO en el Puerto de Veracruz, con la presunta connivencia de García Jiménez.
En otras palabras, Lara Hernández aplicaría aquello de que “es mejor estar afuera que adentro”.
Casi junto a la casa vieja que vendió Óscar, están sus oficinas, en el tercer piso para ser más exactos.
Después de las elecciones del 1 de julio, esas oficinas casi son una romería. Todos los días llegan muchas personas: líderes de colonos, habitantes de colonias, dirigentes de organizaciones, desempleados en busca de chamba, etcétera. Todos van a lo mismo: en busca de apoyos, de ayuda, de atención médica, medicamentos, despensas, becas, láminas, empleo, entre otros.
“Se ve que es mucho el dinero el que ahora manejan ahí”, expresa una mujer que ha visto todos los días el intenso movimiento que se suscita en esos despachos privados.
Dicen que a esa oficina ya casi no va Verónica. Pero antes de que la designaran como directora del DIF estatal iba casi todos los días. “Casi ahí vivía”, dicen algunos testigos.
“Un día vino la esposa de Óscar Lara y ahí estaba Verónica… él se puso nervioso… y no sabía dónde esconderla”, comentan.
Y añaden: “a veces venía cada semana una bruja a realizar algo así como rituales; la oficina se llenaba de extraños olores como de velas encendidas, hierbas y lociones raras”, destacan, no sin antes agregar: “casi como un día antes de que Verónica fuera nombrada como directora del DIF, hicieron limpias espirituales o algo así”.
-¿Y alguien tiene fotos de esos rituales?
-Sí, creo que sí; déjame ver y te las consigo.





