Nadie culpa al Presidente de la República del fatal accidente de la Gobernadora de Puebla, sus acompañantes, entre los que se contó al esposo Senador y ex gobernador de la misma entidad, pero lo malo de éste asunto, son las circunstancias que antecedieron a la caída del helicóptero que acabó con la pareja de jóvenes políticos, ambos bien aceptados y mejor calificados por los que votaron para hacerlos depositarios del Poder Ejecutivo en el Estado de Puebla.
Sin embargo, poco ayudan las expresiones del presidente para denostar a la Gobernadora Martha Erika Alonso, por haberle ganado las elecciones a su amigo el expriista, experredista y hoy morenista Miguel Barbosa, ya que fueron palabras fuertes cuyo registro queda y da pauta para los múltiples comentarios aviesos de los anti morenistas, que coincidentemente en Puebla resultan ser mayoría.
Un político debe tener Prudencia y solucionar los asuntos de su competencia, privilegiando la estabilidad política, fijando una posición clara que no deje lugar a dudas o cuestionamientos; aquí cabe la cita del filósofo de Cd. Juarez (Juan Gabriel), “pero que necesidad tenía AMLO, de embarcarse” en un asunto tan delicado como inesperado, solo por salir a defender la derrota electoral de Barbosa, cuyas impugnaciones fueron legalmente desestimadas y desechadas, por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Para colmo de males, se dio la circunstancia en el Congreso de Puebla, de contar con un Poder Legislativo Local, con mayoría de Diputados de filiación morenista, cuya posición intransigente y amenazadora, obligó a la Gobernadora Martha Erika Alonso, a trasladar el acto protocolario de “Protesta del Cargo” al recinto oficial del Tribunal Superior de Justicia, tal como lo prevé la Constitución Política de Puebla.
Más muestras de intransigencia política no podía encontrar la recién finada Gobernadora, y así con esas actitudes de cerrazón y beligerancia política, se ve difícil unificar a los habitantes del Estado que cuenta con doscientos diecisiete municipalidades, en las que también enfrentan en su mayoría, inseguridad, crimen organizado, alta incidencia de secuestros, impunidad y cuantiosos robos de gasolina y asaltos carreteros.
La Prudencia Política resulta esencial para pacificar el país, en nada ayudan los insultos, confrontaciones, dimes y diretes, que en vez de enfriar, calientan el ambiente político.
