En mal momento vuelve a la carga el ex Secretario de Hacienda Carlos Urzúa, quien parece respirar por las heridas que le causó la aceptación de su renuncia al segundo cargo más importante del gabinete presidencial. Afirmar como lo hace Urzúa, que el gobierno Federal está “pasmado, agarrotado y sin idea de que hacer ante la crisis económica”; además de desafiante, resulta majadero e intolerante, sobre todo por que durante el tiempo de su mal desempeño, sirvió para demostrar su ineficacia como servidor público.
Ahora se duele don Carlos Urzúa de que “no valen la pena” sus valiosas opiniones, por lo irrelevante que resultan para su ex jefe AMLO, no será que lo que Urzúa busca es volver al gabinete que tanto critica, por que luchador por México nunca ha sido.
Los economistas serios a diferencia del ex funcionario aludido, expresan su preocupación sobre el futuro de la economía mexicana, al ver que no podrán cumplirse las expectativas anunciadas después del affaire de Rocío Nahle en la reunión de la OPEP.
La amistad entre Donald Trump y AMLO, nadie la cree, por que a lo largo de la historia de México, el país del norte, ha demostrado “no tener amigos”, sino solo “intereses” y por ende tendrá que prevalecer el estribillo popular que Reza: “business are business”.
Y efectivamente, “negocios, son negocios” y cuando el barril del petróleo texano cierra como ayer, en -37 dólares y en su estrepitosa caída arrastra a la bolsa de valores de Nueva York, sólo un ciego no podría ver que comienzan a cumplirse las profecías de la Agencia Internacional de Energía, donde se predijo hace una semana, que el 2020 resultaría el peor de la historia.
De la pandemia generada por el Covid- 19, AMLO sigue afirmando que su gobierno cuenta con los recursos materiales y humanos para cumplir con la obligación constitucional de velar por la salud de los mexicanos, y aunque intentó obtener un pago anticipado (sin lograrlo) de las reservas del gobierno en el Banco de México, la confianza del presidente para disponer de recursos económicos para lo que se requiera en atención a la salud pública y a los miles de desempleados, está en los bancos privados o en última instancia en los bancos internacionales que ya han ofrecido el crédito que sea necesario, puesto que Mexico tiene la solvencia suficiente en el patrimonio nacional, para responder en cualquier tiempo y por cualquier monto.





