LA INCONGRUENCIA

Contracolumna
La incongruencia
Por Atanasio Hernández

“¿Qué derecho tiene un señor o señora de creer que por escribir una columna tenemos que creer que es verdad lo que dice?”.
José Saramago

¿Conoce, estimado lector, a Juan Gabriel Fernández Garibay? Todos los fines de semana se le puede ver en el Club Hípico de Xalapa, en Instagram, en alguno de sus distintos ranchos montando caballos que valen más de un millón de pesos. Nació en cuna de oro en una de las familias más ricas y poderosas de la capital: los Fernández, priistas desde que nació el partido. Cuando quiso ser político, el partido le regaló una regiduría en el Cabildo xalapeño, desde donde ha defendido a capa y espada al sector empresarial más privilegiado. Los que más lo necesitan no están en su agenda.

Eso se vio muy claro cuando comenzó la pandemia. Desde su escaño en el Cabildo xalapeño, atacó con todos sus recursos la “ley seca” en Xalapa, importándole un comino la tragedia que pasaba. Un día sí y otro también abogaba por la apertura de bares, cantinas y restaurantes, cuando eran los principales focos de infección del SARS-CoV-2. Su agenda es muy clara, beneficiar a la cúpula empresarial, ahí creció, de ahí viene.

Y mientras defiende la apertura de los principales focos de infección para beneficiar a los empresarios que venden alcohol, empuja una iniciativa para multar a los ciudadanos de a pie que no porten cubreboca en la vía pública, incluso a los más pobres. Una iniciativa que por supuesto no fructificará pero que le atrae reflectores.

¿Y por qué? Porque ahora ya no le importa la Regiduría, al parecer, busca una diputación. Por lo tanto, su prioridad en este momento no es el trabajo al interior de las comisiones edilicias de las que forma parte, ni ayudar a los que más lo necesitan, su prioridad es salir en la mayor cantidad de programas de televisión, en entrevistas banqueteras, pagadas o espontáneas, en columnas y artículos de opinión.

Pero buscar una Diputación local con el Revolucionario Institucional y hacer campaña sería un suicidio político, primero porque el señorito trasuda modales feudales y no se baja del caballo, pese a que el latifundio esté muuuy mermado.

Algo habrá de intentar con la campaña que trae en sus redes sociales desde junio de 2019, cuando añadió a su imagen un logo con la frase “Xalapa, tú primero”. Y es que como se dice en familia: cuando el chamaco no sirvió para la escuela… a ver si como político logra algo.