Opinión | EN TRANSPARENCIA, LA 4T TIENE OTROS DATOS

Reynaldo Escobar

Al parecer y a juicio de un gran número de mexicanos conscientes de los graves problemas que afectan a nuestro país, lo que menos importa al Presidente Andrés Manuel López Obrador, es cumplir con la tarea de gobernar, a pesar de que en su tercer intento electoral, logró el triunfo en las urnas y a 2 años de ejercicio del honroso cargo, la calificación que se le puede otorgar es reprobatoria.

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero no se puede evitar, por la colindancia con los Estados Unidos y por la dependencia económica de nuestro país, comparar los proyectos de Joe Biden con los del Presidente López Obrador.

Para Biden, sus tareas se han enfocado en reparar el daño a la salud y la economía norteamericana, producto del mal manejo de la pandemia. En segundo lugar, Biden se ocupó en atender el problema migratorio que afecta a millones de indocumentados; y en tercer sitio, la criminalidad, inseguridad y vandalismo que se dejó crecer hasta el incidente ocurrido en el Capitolio, unos días antes del cambio presidencial, poniendo en riesgo La Paz Pública por la insurrección convocada por Trump.

En México, lo que no favorece a López Obrador (a juicio de él) no debe existir, pues el verdadero rostro del dictador que lleva dentro, aflora con la primera crítica que se le hace a su administración, como es el caso del Pliego de observaciones de la Auditoría Superior de la Federación, que se le acaba de notificar, por irregularidades cometidas en su administración, a las que López Obrador aplicó el gastado estribillo de: “Yo tengo otros datos”.

Con certeza se puede adivinar que el auditor David Colmenares Páramo, pronto será obligado a renunciar al cargo que le fue aprobado por el senado, después de una larga trayectoria burocrática y de haber sido Presidente nacional del colegio de economistas, con amplia experiencia en el ramo.

Hay que agregar que la titular de la Secretaría de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, no permitió la entrada de auditores de la ASF a sus oficinas, amparada en el compromiso de AMLO de desaparecer el organismo auditor y transferir sus funciones a la propia señora Eréndira Sandoval.

Golpe maestro y destructor al único órgano de contra peso, que le sirvió al gobierno federal desde su creación, para denunciar y perseguir el enriquecimiento ilícito y el desvío de recursos públicos, ocasionados por funcionarios de todos los niveles y de todos los partidos políticos.