Opinión | DEMANDAR CAMBIOS, SOLO PARA PROGRESAR

Reynaldo Escobar

Partiendo de la composición demográfica de mexico y a la luz de las luchas por conseguir independencia y libertad, sin destruir la cultura y las tradiciones que identifican a cada rincón de la patria, es como hemos podido mantener ideales, tratando de lograr, un nuevo rumbo para la nación, en donde se pueda vivir con tranquilidad y paz.

Todo cambio en busca de la gobernabilidad democrática, impone cambios en los ámbitos de la cultura, sociedad y estado de derecho; y esas transformaciones desembocan en la conformación política que nos hemos dado a través de leyes fundamentales con las que se privilegian los derechos humanos en una estructura política que garantiza la gobernabilidad democrática.

Solo que a partir del gobierno que preside el Licenciado Andrés Manuel López Obrador, un día sí y el otro también, pareciera que la ruta que pretende implantar en nuestro país, para consolidar su gobierno, es el camino de la provocación y la confrontación, sustentados en la crítica y denostacion de todos los gobiernos anteriores al que hoy encabeza el Líder tabasqueño.

Si se revisan las más de 500 conferencias mañaneras realizadas hasta hoy, observaremos que el tema favorito del Ejecutivo Federal, es el de acabar con el “neoliberalismo”; y no es que los mexicanos estemos a favor del neoliberalismo, sino que lo que preocupa a la mayoría de los mexicanos, es la pobreza extrema que golpea severamente a los marginados, desempleados y sin esperanza alguna de progreso, incrementados en estos 2 últimos años, debido a las promesas incumplidas del gobierno morenista.

A todo lo anterior y en demérito de los promotores de la Cuarta transformación, hay que sumarles el fracaso que representa la política económica de AMLO, distante y conflictiva, cada vez más, con el sector privado, que abre empleos, pacta relaciones económicas y otorga un salario (muchas veces mínimo), que incluye financiamiento (pagando cuotas) de acceso a la seguridad social a través del IMSS e INFONAVIT y además, contribuyendo con parte de sus ganancias, al fisco mediante el pago de impuestos y contribuciones.

El viejo estribillo popular de que “todo tiempo pasado, fue mejor” ahora con la llegada de la 4T al gobierno y su rara manera de ejercer el poder, cobra relevancia y fortalece el sentir de los xalapeños que reconocen, que “estábamos mejor, cuando estábamos peor”.