Pablo Jair Ortega
A principios de marzo de 2009, un grupo de periodistas se encontraba reunido en la cantina “El Rincón de José Alfredo Jiménez”, en Coatzacoalcos.
La cantina, que todavía existe, es un lugar muy conocido, cuyo propietario es el también exregidor perredista Benito Soriano Aguilera.
La galería-cantina
La reunión era entre amigos, contemporáneos de generación de la legendaria “Facico” de la UV, la facultad de Ciencias de la Comunicación de donde han salido graduados varios periodistas y trabajadores de medios.
En otra mesa se encontraba el entonces regidor de Coatzacoalcos, Alejandro Wong Ramos, del PRD, quien también departía con un par de periodistas locales.
Meses antes había sido inaugurado el periódico Notisur, fundado por el desaparecido analista político César Augusto Vázquez Chagoya como director general; con José Luis Ortega Vidal como director editorial; como jefe de Redacción, Crispín Garrido Mancilla; y Pablo Jair Ortega, jefe de Información.
Ortega Vidal era uno de los presentes en la mesa de amigos de la Facico, donde también estaban Jorge Tolentino, Roberto Pérez López y José Luis Pérez Cruz.
Notisur tenía como característica que cerraba muy tarde su edición (hubo veces que se llegó a cerrar a las 3.30 de la madrugada), pero en esa ocasión, al ser un día flojo, se terminó temprano.
Por la madrugada me llega una alerta al Nextel para avisarme que el reportero de guardia policiaca se había visto involucrado en un accidente automovilístico. Le aviso al patrón Vázquez Chagoya y me manda con su hijo Cesarín al sitio del accidente.
Al llegar al punto me encuentro a Miguel, el reportero de policiaca a quien veo ileso…
–¿Qué te pasó, Miguel?
–A mi nada, es el licenciado José Luis.
En ese momento se encontraban realizando maniobras de rescate en la escena. No era un accidente vehicular, sino que estaban sacando a Ortega Vidal de un lote donde había caído a un vacío de 6 metros de altura.
El sitio del accidente
Horas después, comenzó a saberse lo ocurrido.
Alejandro Wong Ramos, ya muy ebrio y pasado, estuvo fastidiando (“castrando” es el verbo en idioma jarocho) a los amigos reunidos. La impertinencia llegó al grado de que hubo amenazas, insultos y todo llegó a los golpes.
El funcionario municipal entonces le dijo a su chofer: “Pásame la pistola” y eso motivó que los periodistas buscaran dónde esconderse. El más afectado fue José Luis Ortega, quien al buscar refugio en la azotea, vio un predio con construcción al lado a donde quiso brincar, pero con tan mala suerte que cayó a un hoyo en medio de la estructura.
El que también se escondió fue Alejandro Wong, quien mandaba mensajes y hacía llamadas para disculparse y para dar su versión de lo ocurrido. Durante varios meses, Wong Ramos desapareció de la escena política y se mantuvo fuera de radar.
En esa época se estaba viviendo lo más álgido de la presencia de la delincuencia organizada en Veracruz: secuestros, ejecutados, balaceras; eran épocas donde ya se estaba convirtiendo algo usual la presencia del Ejército en las calles. El cartel dominante eran Los Zetas, cuyos jefes en la entidad eran parte de la estructura original que sirvieron bajo las órdenes del capo Osiel Cárdenas Guillén.
Para ese entonces había rumores de que Wong Ramos tenía contactos con ese cártel ya que su comisión era la encargada del tema de los giros negros y la prostitución.
Pocas horas después de lo ocurrido en la cantina, hubo una llamada entre Don César y un alto mando de los Zetas en Veracruz. El periodista le pedía que no protegieran a Wong Ramos.
–No se preocupe, nosotros nos encargamos del asunto– le dijo el interlocutor.
DESAPARECEN LOS ZETAS; APARECEN WONG Y RAMÓN
Conforme pasaba el tiempo, Los Zetas tenían embates de grupos rivales como “Los MataZetas” o “Gente Nueva”, así como de las fuerzas armadas. El cartel original se fue desintegrando poco a poco, ya sea por las detenciones de los jefes o porque estos eran abatidos en los operativos o ejecutados por rivales.
Finalmente, la historia que todos sabemos: la plaza cambió de dueño, como se dice en el argot policiaco-narco; aunque ya no existe esa violencia tan extrema que fue muy común en los tiempos del Fidelato-Duartismo-Yunato, todavía hay células que se dedican a delinquir por medio del secuestro, la extorsión y el cobro de piso.
Este jueves, en su conferencia de prensa desde Palacio de Gobierno, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez informó que la detención de Ramón “N”, líder de la CATEM en Coatzacoalcos, se deriva de una investigación relacionada con fraude y extorsión.
Cuitláhuac: investigaciones sobre “Ramón” y “Wong”
Ramón “N” es ampliamente conocido en Coatzacoalcos como un líder transportista que hizo mucho dinero de la noche a la mañana, pero que además buscaba crear una base social a través de una fundación y además tener cargos públicos en partidos.
El problema era que Ramón “N” estaba fuertemente vinculado al “Comandante H”, jefe de la plaza de Coatzacoalcos en la última época gloriosa de Los Zetas y por eso ningún partido político se atrevía a abanderarlo.
El Comandante H y Ramón “N”
Hasta hace unos años se sabe que se afilió a la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) que pretende ser algo así como la CTM (la central obrera sindicalista más grande en su momento en México) en tiempos de la Cuarta Transformación. Su ala política es un partido de reciente creación llamado “Fuerza Por México”. De ahí que Ramón “N” estaba ya casi dentro de la 4T.
Volviendo a la conferencia del gobernador: precisó que en el tema de esas actividades ilícitas en Coatzacoalcos y otros municipios de la zona sur que se estaban investigando, surgieron en la mesas de la construcción de la paz dos alias de cabecillas que operaban en la región: “Ramón” y “Wong”.
Con este dato se profundizó en las pesquisas y se procedió a la detención de Ramón “N” justo al momento de realizar operativos para el combate de la extorsión y cobro de piso, el pasado 23 de marzo.
WONG REGRESÓ APOYANDO A LOS YUNES Y SE BENEFICIÓ CON ROGELIO “N”
A Alejandro Wong Ramos se le vio en las campañas de Miguel Ángel Yunes Linares y Miguel Ángel Yunes Márquez en la alianza PAN-PRD.
Cuando Yunes Linares fue gobernador, Rogelio “N” (hoy detenido) fue su secretario de Gobierno y ahí incrustó a Irasema Alejandra Wong Zurita –hija de Alejandro Wong Ramos– quien se comentaba era una de las tantas parejas sentimentales de Rogelio y quien supuestamente le operaba algunas cuestiones de dinero al hoy preso en el reclusorio de Amatlán.
A Irasema Alejandra Wong Zurita se le señalaba de ser quien presuntamente cobraba cuotas a funcionarios de dependencias y oficinas de la Secretaría de Gobierno como jefa de la Oficina de Control y Gestión de la SEGOB (puesto inventado) y luego como asesora en la Dirección General del Registro Civil.
Otro que estaría involucrado en presuntos ilícitos sería el actual dirigente estatal del PRD, Sergio Cadena Martínez, quien fungía como coordinador de Política Regional de Gobierno del Estado en el bienio yunista, bajo el mando de Rogelio Franco.
Un trabajo de la agencia Imagen del Golfo, fechado en 2018, detalla: “tanto Cadena Martínez como Franco están ligados al jefe de plaza de un grupo delictivo, de nombre Iván Santiago Toledo, quien fue asesinado en ese municipio petrolero y quien fungió como pistolero de Wong Ramos”.
Iván Santiago Toledo fue ejecutado el 17 de enero de 2018 en Coatzacoalcos, en un terreno presuntamente propiedad de Alejandro Wong Ramos.
Al momento de ser identificado el cuerpo, su familiar dijo que su hermano llegó a limpiar un predio ubicado en la Avenida Universidad entre la colonia Divina Providencia y la colonia Teresa Morales (al poniente de Coatzacoalcos) cuando un comando llegó y le disparó en varias ocasiones; que Iván trabajaba para Alejandro Wong Ramos.
En sus fotos de redes sociales, Wong Ramos tiene imágenes donde abraza efusivamente a Rogelio “N” o platica muy en corto con Miguel Ángel Yunes Márquez.
¿Será que tenga algo qué ver con el alias mencionado por el gobernador? Quien sabe, pero la verdad es que parece que los perredistas se les olvida que los que están en Morena los conocen a la perfección, incluso quizás más que los propios Yunes.