EL UNIVERSAL / Columna “Espectro”, de Javier Tejado Dondé
La Fiscalía General de la República solicitó hace algunos días una orden de aprehensión contra Miguel Alemán Magnani por defraudación fiscal, en un monto cercano a los 65 millones de pesos. Fuentes del Consejo de la Judicatura Federal han confirmado que hoy, muy temprano, un juez federal la otorgó. Es el primero de varios delitos penales que le imputan al heredero de la dinastía Alemán. El padre, Miguel Alemán Velasco, se salvó de también tener una orden en su contra por dos motivos: su edad (89 años) y que el gobierno necesita a alguien con quien negociar y, sobre todo, que pague lo que les deben.
La historia de la caída de los Alemán es una tragedia política y empresarial. Florecieron al amparo de los negocios vinculados a la política, sobre todo, dado que el abuelo del hoy prófugo fue Presidente de la República y el padre, Gobernador de Veracruz y Senador de la República. Desde los cargos públicos se hicieron de recursos y propiedades millonarias en la CDMX (Polanco y la Herradura), Veracruz, Guerrero y en Baja California Sur. A pesar de una corrupción rampante lograron penetrar y codearse con la élite empresarial.
Pero en los negocios, ajenos a la política y sin recursos públicos para fondearse, hicieron un desastre que los ha llevado prácticamente a la quiebra, al destierro y ahora, a que uno de ellos sea prófugo de la justicia. Pero también, a perder miles de millones de pesos.
Los problemas empezaron con sus excesivos gastos, su falta de supervisión en los negocios y por depositar su confianza en personas que los engañaron. Por ejemplo, está Interjet, una gran línea área de bajo costo, pero que sus directivos les recomendaron comprar e innovar con aviones de procedencia rusa, los Sukhoi. Aviones que tenían problemas en los EU y de los cuales no había refacciones. Eso sí, sus directivos cobraron importantes comisiones a espaldas de sus jefes.
Otro ejemplo fue que contrataron a la pareja de una familiar, Diana Ramírez Magnani, como el fiscalista de cabecera del emporio Alemán. El abogado/fiscalista, Ángel Junquera, les hizo una errada y arriesgada planeación fiscal. Por haber hecho algo similar con la Cooperativa Cruz Azul, es hoy también prófugo de la justicia.
También, como otra historia garrafal, está su retorno a la radio con la compra de Radiópolis. No le pagaron a Grupo Televisa en tiempo y forma y fue hasta que se embargaron sus propiedades y que ningún banco les prestaba, que aceptaron un préstamo de Carlos Cabal Peniche. A cambio de éste, lo hicieron socio en su 50% del proyecto radiofónico. Luego demandaron al titular de la otra mitad, Grupo Prisa, para finalmente iniciar un tercer litigio contra quien les prestó el dinero: Cabal.
El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, intrigado por los litigios en los que se encontraba Miguel Alemán Velasco, quien también forma parte de su consejo asesor, trató de convocar a una mediación entre particulares. Pero cuando se enteró que también debía dinero al SAT (3 mil millones según mi colega periodista Mario Maldonado), a Aeropuertos y Servicios Auxiliares y que, además, había defraudado a miles de pasajeros y adeudaba varias quincenas a sus propios trabajadores, desistió en mediar. Al contrario, pidió que se cobrara lo que le adeudaban al gobierno. No podía darse el lujo de que uno de sus consejeros fuera un deudor moroso. De permitirlo, su narrativa de combate a la corrupción naufragaría.
Así, hoy la familia Alemán está escondida. Se comenta que en la costa este de los EU. Ellos siguen negando haber incumplido fiscalmente, e incluso comentan que son perseguidos políticos. La realidad es que fueron muy buenos para hacer negocios y enriquecerse al amparo del servicio público, pero fueron muy malos para hacer negocios lícitos desde la iniciativa privada, en la que sus defraudados se cuentan ya por miles. En las siguientes horas se emitirá la ficha roja de captura internacional y empezará una carrera de los Alemán para tratar de vender propiedades y pagar al gobierno lo que deben. Veremos si Alemán Magnani logra un acuerdo reparatorio con las autoridades antes de ser capturado. Pero como sea, es el fin la dinastía Alemán. Una familia que tuvo poder y glamour a raudales. Sólo tienen que ver el espejo para saber quién les falló.