Por Juan Javier Gómez Cazarín
Al inicio de la pandemia surgió un debate que, con todo respeto, parecía tener una carga de clasismo y de falta de empatía con sectores de la población económicamente vulnerables por razón de su fuente de ingresos.
Ese falso debate sigue sin agotarse.
Me refiero al falso debate sobre si esas personas debían quedarse en casa para evitar contagios como muchas y muchos sí teníamos la opción de hacerlo.
Y digo que el debate es falso, porque realmente no hay mucho que discutir para quienes si no salen a trabajar no comen.
Incontables jefas y jefes de familia viven de un trabajo que demanda exposición al público.
Choferes del transporte público, comerciantes, policías, repartidoras, personal de limpieza, albañiles y muchísimas y muchísimos más.
Yo siempre lo he dicho: los que podamos, quedémonos en casa. Y para los que tengan que salir (no por gusto, sino por necesidad) nuestro reconocimiento, respeto, solidaridad y buenos deseos. Ellas y ellos no andan de fiesta, andan chambeando, arriesgándose para llevar el sustento a los suyos y, muchas veces, para ofrecernos un servicio esencial a los otros.
Los que venimos de la cultura de la chamba dura, entendemos cómo es esto.
Con esa convicción y con ese espíritu de solidaridad, un grupo de voluntarios me ha acompañado donando generosamente su tiempo para sanitizar espacios de trabajo de quienes no se pueden quedar en casa.
Este fin de semana tocó el turno del mercado Cinco de Febrero en San Andrés Tuxtla, a donde acudimos porque algunas y algunos amigos locatarios se enteraron que ando en esos quehaceres y me escribieron inbox para decirme que si había manera de que nos diéramos una vuelta por su mercado.
Así que ahí anduvimos, sanitizando uno de los puntos de reunión más importantes de la población de San Andrés Tuxtla. Recordemos que así como hay gente que tiene que salir a vender, hay muchísima más que tiene que salir a comprar, porque ellas y ellos no tienen la opción de recurrir a un servicio a domicilio.
Este lunes el mercado recién sanitizado abrió sus puertas siendo más seguro para comerciantes y clientes (que de todas maneras tienen que usar cubrebocas).
Los demás, cuando podamos, pensemos en ellas y ellos que tienen que salir. Y por ellas y ellos, quedémonos en casa lo más posible, aunque ya la mayoría de nosotras y nosotros estemos vacunados. Todo parece indicar que ya vamos por menos.
* Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política