Inclusión de los Choris provoca cisma en filas yunistas

Víctor Ochoa

Mucho escozor e incertidumbre generó entre los panistas identificados como yunistas el hecho de que los jefes del clan hayan concedido espacios políticos a los ahora ex julencistas -Marco Antonio Nuñez, Ana Ledezma y Enrique Ruiz-, desplazándolos vergonzosamente y sacrificándolos como simples peones sin valor político.

Así de simple, en aras de saciar y perpetuar su hambre de poder, el grupo Yunes negoció en lo oscurito con los llamados Choriquesos, a quienes les ofrecieron diversas posiciones políticas a cambio de que traicionaran a Julen Rementería para apoyar al títere que buscan imponer como presidente estatal del PAN, Tito Delfín, personaje oscuro, acusado de infinidad de actos de corrupción a su paso como alcalde de Tierra Blanca.

El cisma provocado entre los militantes yunistas tiene su fundamento en que los Yunes Márquez siempre menospreciaron a los choris -tachándolos incluso de nacos y mercenarios de la política-, y ahora, con el pretexto o promesa de que obtendrán 50 votos de ellos para la elección interna del PAN, les ofrecieron espacios en el comité estatal, e incluso una diputación pluri para el 2024.

Con estas maniobras, muy al estilo de los Yunes, queda claro que sus alfiles seguirán en el limbo, sin espacios y en la banca; mientras que los choris disfrutarían por un breve tiempo las mieles del poder.

Claro, hasta que sus nuevos patrones así lo decidan.