Samuel Cardoso Brito es un vendedor ambulante de ‘pipoca y bananinha frita’, es decir, palomitas de maiz y papas fritas, y trabaja en las calles de la Prefeitura Municipal de Prainha, en Brasil.
Su nombre, a los 52 años, está dando la vuelta al mundo debido a que recién terminó su carrera; sí, el vendedor ambulante hizo realidad el sueño de graduarse de la universidad.
En su infancia debió abandonar la escuela, a pesar de que, dice, le encanta estudiar, para abonar económicamente a los gastos familiares, por lo que se dedicó a todo, hasta ahora, que vende papas y palomitas de maíz.
A los 40 años entró a terminar la primaria, estudió en CEEM Pretextato de Costa Alvarenga.