Nos comentan que lo que pasó en Altotonga fue que una señora que se ostenta como “reportera” pero que sólo tiene un perfil de Facebook, montó en cólera, porque dijo que cómo era posible que le entregaran las llaves de la ciudad a un extranjero.
Esta mujer –que según nos dicen tiene fama de alborotadora y rijosa- se refería a la ceremonia en la que fue distinguido, el mes pasado, el cónsul de Panamá Rubén Darío Santa María Guerra.
Pero no conforme con oponerse al acto solemne, la fémina quiso entrar al evento haciendo alarde de su “fuerza periodística” e ingresó al recinto de manera agresiva, por lo que una mujer policía le impidió el paso. Eso fue motivo para que le pseudoperiodista agrediera físicamente a la gendarme. Fue detenida por las fuerzas del orden, pero luego fue liberada. Para no causarle mayor perjuicio, la autoridad municipal decidió no interponer denuncia ante la FGE.
Y eso no fue todo. Dos días después de ese desaguisado, en la casa de la supuesta “comunicadora”, uno de sus hermanos y sobrinos organizaron escandalosa fiesta que terminó en balazos. Pero nos aseguran que las armas de fuego habrían sido accionadas por los asistentes a ese etílico convivio. Los vecinos llamaron a las fuerzas municipales para poner orden.
Nos consta que el alcalde de Altotonga, Nacho Morales, es un caballero de la política y sería incapaz de mandar agredir a un comunicador o a alguien que se ostente como tal, y mucho menos atentaría contra una mujer.