“El quito-pan”

Había no ha muchos años un pobre pordiosero que al pasar los transeúntes exclamaba con voz lastimera “…¡quito, pan… quito pan… quito pan!”.

Los que transitaban por la calle Revolución, casi frente a Catedral, ya sabían qué pedía el hombre al extender su mano.

Un quinto, o sea, cinco centavos, o un pan.

Y a pocos metros de ahí, en el número 11 de la misma arteria, se encontraba el diario Política.

Cuentan que personaje principal de la mesa de redacción, con frecuencia le metía goles a Yayo, y muchas veces logró colar en la edición notas que le solicitaban vía telefónica alguno que otro interesado.

El astuto Yayo comenzó a investigar el caso y se percató que el empleado sólo pedía a cambio una pizza, alimento que incluso era llevado a la redacción, y el cual el sujeto engullía con desesperación.

Burlones, los compañeros bautizaron al colega como “El quito-pan”. El resto del chiste se cuenta solo.

Ya luego les comentaremos más pato-aventuras del “chavita”.