@pablojair
+ Importante encuentro entre el gobernador y alcaldes.
+ El 1 de julio, el primer barril en Dos Bocas, reitera Nahle.
+ Lo que pasa en Cancún debe ser tomado en cuenta.
Debería declararse luto nacional por la muerte de Polo Polo.
—Chopenjawer
El maestro César Vázquez Chagoya (abrazo, patrón) platicaba que cada fin de sexenio siempre se agudizaban las protestas de grupos de poder para ver qué podían “exprimir” al gobierno saliente, y para ir plantando su bandera, agenda e intereses al entrante.
Con el PRIato de alguna manera había una transición “tersa” porque finalmente todo se negociaba, se hacían acuerdos, se daban cargos, se recomendaba gente y se trataba de dejar a todos contentos para que no quedaran fuera del presupuesto. Se repartía el pastel y por eso durante décadas se vieron las mismas caras trabajando en delegaciones, alcaldías, Congreso del Estado, secretarías, Poder Judicial, etc.
Quizás la salida más caótica fue la de Javier Duarte. Al hoy preso en el Reclusorio Norte, al cierre de su gobierno, se le agravaron las manifestaciones de alcaldes a los que no se les habían depositado recursos, se incrementó la violencia en determinados puntos, el tema de los desaparecidos crecía y cualquiera podía bloquear todos los accesos de Xalapa como si nada.
Con la llegada de Miguel Ángel Yunes Linares al gobierno de los dos años (2016-2018) muchos de estos grupos pensaron que tendrían acomodo. Hubo personajes –créame, platiqué con varios de ellos– que presumían tener una amistad con Yunes Linares y casi-casi de piquete de “locu” con el choleño, por lo que no dudaban que iban a tener trabajo o cargos en su mini-administración. Yunes simplemente los ignoró y se dedicó de lleno a ir creando camino para dejar a su cachorrito en la silla de Palacio de Gobierno, lo que finalmente no ocurrió.
Yunes Linares también comenzó a tener problemas de inseguridad y hasta le fueron a dejar cadáveres (al menos dos veces, sino me falla la memoria) casi en el centro de Xalapa o en las oficinas particulares de su secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié, quien también salió salpicado cuando se supo que tenía contacto con miembros de la delincuencia organizada.
Al ganar Cuitláhuac García Jiménez hubo una incertidumbre para muchos porque ahora sí se sentía diferente el ambiente: si bien Yunes Linares llegó como “oposición”, al final de cuentas era un priísmo disfrazado con viejos actores políticos conocidos.
Con Cuitláhuac no había esa misma seguridad y ni sabían con quién debían acercarse o reportarse para no quedar fuera de la jugada. A varios les costó meses asimilar lo anterior porque no veían clara una puerta para acceder a los “morenos”.
Era chistoso porque un deporte común entre analistas políticos es siempre tratar de adivinar quién llegará al gabinete estatal, pero varios fracasamos en los pronósticos porque llegaron personajes nuevos, desconocidos en el servicio público de los recientes sexenios en Veracruz. Se rompía esa línea de que los mismos se volvían a instalar en el gobierno, aunque muchos priístas lograron leer a tiempo cómo iba el asunto y se pasaron a Morena (especialmente operadores políticos).
Durante al menos cuatro años del gobierno de Cuitláhuac, los grupos de poder —incluida la delincuencia organizada— se habían mantenido relativamente en paz (aunado a que la inseguridad está desatada en otras entidades como Zacatecas o Guanajuato), pero ya comienzan a verse señales —a menos de dos años que le quedan al actual gobierno— de que quieren ya ir plantando su bandera en diversos puntos del estado, tratando de ganarle a los tiempos electorales. Una especie de madruguete para acelerar las cosas a su conveniencia.
Y tiene una lógica lo anterior: estos mismos grupos ya están desesperados por volver a imponerse luego de que sienten que quedaron fuera de la jugada en el primer gobierno de izquierda en Veracruz. Tienen por lo menos seis años en la banca, en la reserva nacional de talentos, alejados del poder tan añorado. ¿Ejemplos? Ahí están los que trae el dipu federal Gutierritos, que son lo más rancio y nefasto de las recientes épocas.
Otro ejemplo podría ser la balacera de este domingo en Veracruz donde mataron al “Pino”, señalado como miembro de una conocida pandilla que opera en la zona norte del estado. Los grupos delincuenciales pueden ir creando estos escenarios violentos donde “arreglan” a sangre y fuegos sus asuntos internos, pero también hacen una carambola donde los malandros van dejando muertitos por todos lados y de paso buscan desestabilizar o presionar al gobierno.
Aquí la cuestión es si Morena cederá a los chantajes o presiones de estos grupos criminales que emplean la violencia para que los volteen a ver. El gobernador Cuitláhuac García Jiménez ha sido contundente al respecto: no se negocia, no hay acuerdos en lo oscurito y no hay miramientos con nadie, ni siquiera con miembros de su propio partido.
El problema es que en los hechos reales hubo grupos a los que se les dio “chance” de seguir operando y hasta les querían dar la oportunidad de dialogar, como fue el caso con Erasmo “Chivo” Vásquez, a quien hasta querían traer a la Torre de Seguridad Pública a platicar con el entonces secretario Hugo Gutiérrez.
En pasadas ediciones de ColumnaSinNombre se hizo una radiografía muy básica sobre quiénes son los grupos de poder que por años han ejercido la violencia para plantar su bandera en diversas regiones de Veracruz, y en esa lista precisamente aparecen casos como el de Coxquihui con Reveriano Pérez Vega, hermano del “Pino”. Otro punto también es Sayula, con “El Chivo”.
El gobierno actual está a tiempo de corregir estos errores y entender que estos grupos si bien decían aliados en su momento (el ejecutado del domingo se autonombraba “obradorista”), sólo usan los membretes para mimetizarse con el poder y seguir con su agenda propia. Bien podría ser momento para atajar esas herencias malditas que se asentaron por años antes de que llegue el momento decisivo en lo electoral y antes de que se armen los incendios de los desesperados.
NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: Este lunes, luego de los hechos violentos donde fue asesinado un presunto jefe de plaza y su familia, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez fue al Puerto de Veracruz a dar la cara, tomar el toro por los cuernos y desde el World Trade Center de Boca del Río dio una conferencia de prensa para resolver las dudas sobre los acontecimientos… Previo a eso, el mandatario estatal sostuvo la reunión de seguridad con mandos civiles y castrenses, donde resaltó también la presencia de la alcaldesa de Veracruz, Patricia Lobeira, y el alcalde de Boca del Río, Juan Manuel Unanue, para mandar el mensaje de que en todos los niveles de gobierno se cerrarán filas ante la inseguridad. Lo anterior es muy simbólico y calmó las aguas hasta de los más acérrimos críticos de Morena, pues es de todos sabido que estos ediles pertenecen o tienen el sello del grupo del exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares, de quien dicen ya está disfrutando mejor el retiro porque ya sus cachorritos están grandes y ya deberían saber lo que hacen… Muy bien controlado el tema por parte del gobernador, sin confrontarse ni buscando pretextos para ocultarse.
OTRA NOTA: Este lunes tuvieron reunión de trabajo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, en Palacio Nacional, los directores de las refinerías de Petróleos Mexicanos, el director de Pemex y la secretaria de Energía, Rocío Nahle García. Al término de dicho encuentro, la titular de la Sener dio una breve entrevista a medios que la esperaban y ahí reiteró que el 1 de julio, la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, producirá su primer barril, tal como ya lo había anunciado el jefe del Ejecutivo el pasado 22 de diciembre… Hay mucho ánimo en este asunto, porque el avance físico de la obra supera ya el 96%… “El 1 de julio, (como) ya lo anunció el presidente, se producirá la primera carga, y lo anunciamos nosotros. Vamos muy bien, es una gran, gran obra”, indicó la funcionaria.
LA ÚLTIMA PORQUE NECESITO TERRONES DE AZÚCAR PRONTO: En Cancún, Quintana Roo —la joya del turismo nacional— está ocurriendo algo muy lamentable que debería ponerse a consideración en el rubro de seguridad nacional: un puñado de taxistas tomaron la zona hotelera en protesta porque les detuvieron a unos compañeros que arremetieron contra un conductor de Uber que transportaba a turistas gringos… Lo que para los ígnaros taxistas era una “defensa de su trabajo”, ya escaló a un conflicto internacional porque Estados Unidos ya alertó a sus ciudadanos sobre el riesgo de viajar a ese lugar, donde persisten las prácticas mafiosas de los taxistas de sabotear a la fuerza a quienes no quieren de competencia, como el caso del Uber… Acá en Veracruz de plano está prohibida la plataforma, dándoles la concesión de transporte público a quienes no tienen ni siquiera la intención de mejorar su servicio… Por eso estamos como estamos.