Una ejecutiva de Twitter que durmió en su oficina para complacer a Elon Musk, fue despedida.
Esther Crawford se suma a la nueva oleada de despidos en Twitter, que se estima afecte al 10 por ciento de los 2 mil trabajadores restantes que componen su plantilla laboral.
Crawford solo cumplía con las nuevas exigencias de Musk, incluso en noviembre del año pasado justificó que a veces es necesario “dormir donde trabajas”, y dijo que su equipo “se esfuerza las 24 horas del día para cumplir con los plazos”.
En Twitter, Crawford confirmó la decisión de la compañía y defendió su postura.
“La peor lectura que podrías hacer al verme apostar todo en Twitter 2.0 es que mi optimismo o mi trabajo duro fueron un error. Los que abuchean y se burlan están necesariamente al margen y no en el campo de batalla. Estoy profundamente orgullosa de mi equipo por ser capaz de construir a través de tanto ruido y caos”.
“Si no podés soportar que te tiren de todo públicamente, asegúrate de evitar tomar riesgos y aléjate de los roles de liderazgo. No construyas ni cambies nada. Quédate pequeña e invisible y, sobre todo, en silencio y temiendo lo que piensen los demás”, escribió.
The New York Times reportó que los despidos comenzaron en la noche del sábado y concluyeron en la jornada del domingo, después de varios días en que algunos empleados comenzaron a ver recortadas sus cuentas en el servicio de mensajería interna Slack o privados de sus cuentas corporativas o de sus computadoras portátiles.
En diciembre del año pasado Musk lanzó un sondeo desde su propia cuenta, que prometió será vinculante, para preguntar a los usuarios si debe seguir dirigiendo la red social Twitter.
La pregunta es clara: “¿Debo seguir a la cabeza de Twitter? Acataré los resultados de este sondeo”, escribió.
Solo una hora después del sondeo (que estuvo abierto durante 12 horas), habían votado 3,83 millones de usuarios, con una mayoría del 58 % en favor de que Musk dejara la dirección.