Pablo Jair Ortega
En los primeros años de la década pasada, Xavier López “Chabelo” fue invitado a Cosoleacaque para que realizara una presentación artística dirigida a los niños de la región.
Sobra decir que el popular actor abarrotó la plaza principal del lugar, pues no solo llegaron niños y niñas de “Cosolea”, sino también de Jáltipan, Chinameca y otros lugares cercanos.
Pero no solo fueron a verlo los chavitos. Había hasta adultos mayores que querían conocer a “Chabelo”.
Después del evento, hubo algo que causó extrañeza en las redacciones de los medios que tenían que publicar la publicidad del Ayuntamiento sobre la visita de Don Xavier y su alter ego.
Llaman al jefe de Prensa:
—Oye, creo que tuvieron un error en la redacción de su boletín. Dice aquí que tuvieron decenas de miles, pero su parque es muy pequeño…
—Tu ponle así; fue la indicación…
—Bueno, ustedes pagan.
Y sí. Era una cifra desproporcionada sobre la cantidad de gente real que llegó y la que se quería manejar.
Después se sabría que “Chabelo” tuvo previamente un conflicto con la autoridad municipal, porque —lo típico de los políticos— querían meter a sus sobrinitos y nietos como los participantes de los concursos que “Chabelo” realizaba para regalar juguetes.
Pero atajó previamente Xavier López: “Yo decido quiénes serán los niños que suban conmigo al templete y participen en los juegos”.
Y pues ni modo de decirle no a “Chabelo”.