Ahora que el presidente López Obrador se ha dado a la tarea de entregar al pueblo bueno los bienes que son decomisados a la delincuencia o que se encuentran en poder de las autoridades tributarias a través del programa “El tianguis del bienestar”, en el que cientos de familias de comunidades rurales reciben insumos de manera gratuita, nos vino a la memoria aquella vez en que Tío Fide hizo lo mismo, pero para ganar elecciones a través del mapachismo y la marrullería, pues en una instrucción poco usual, dio la orden de vaciar, sí, de vaciar todas las bodegas del gobierno del Estado, incluidas las que estaban ubicadas en Banderilla y que pertenecían a la SEV, de donde sacaron miles de artículos, entre ellos, refrigeradores, estufas, hornos de microondas e infinidad de insumos, que fueron entregados a operadores electorales, para ser distribuidos en las elecciones de 2007 donde el PRI se llevó carro completo.
Gracias a eso, y a que “comisionó” a miles de servidores públicos en los 212 municipios como operadores y enlaces electorales, fue que el PRI arrasó en las elecciones locales de ese año, y en las siguientes.