José Ortiz Medina
Aunque está establecido en la convocatoria de Morena, no deja de ser una medida centralista eso de que el Comité Ejecutivo Nacional de ese partido decidirá los nombres de dos aspirantes más, un hombre y una mujer, para completar la lista de seis que se someterán a la encuesta para buscar la coordinación estatal de la defensa de la Cuarta Transformación.
Y apegado a esa ventana centralista, Manuel Huerta Ladrón de Guevara ha estado implorando que desde el centro del país lo añadan a la lista de los seis. Pero no nada más Huerta reclama eso, sino también el gris, intrascendente y advenedizo Sergio Gutiérrez Luna, apodado tristemente en su mínima expresión como “Gutierritos”. Ambos quieren que les den su “dedazo”.
Pero aún más triste papel están desempeñando Esteban Ramírez Zepeta y Dorheny García Cayetano, que con tal de frenar -por órdenes superiores- a Gutierritos, pues se aventaron la puntada de también rogar que sea incluido en la lista de los seis Manuel Huerta, quien ha enfrentado acusaciones de acoso y violación sexual.
Tanto el comité estatal como el Consejo de Morena en Veracruz deberían permitir que el CEN decida sin presiones de ninguna especie. Total, que el Consejo Estatal ya hizo su chamba, que fue elegir de manera democrática a las cuatro “corcholatas” en esta primera fase (Nahle, Cisneros, Zenyazen y Tello).
O sea, el Consejo estatal ya hizo su trabajo. Pues ahora que dejen que el CEN haga la propio.
SÓLO PEPE
Un acucioso observador nos hizo ver que en la reciente campaña publicitaria para promover el informe del diputado José Francisco Yunes Zorrilla, el peroteño sólo puso el hipocorístico de su primer nombre, o sea “Pepe”, y omitió sus apellidos, sobre todo el paterno.
El agudo analista nos comenta que ello obedece a una estrategia de mercadotecnia encaminada a suprimir un apellido que de alguna manera han repelido los electores, y de manera muy particular en la elección a gobernador en 2018.
Y es que pareciera que el mensaje que mandaron los ciudadanos en esos comicios es que no quieren saber nada de los Yunes, ya sean rojos o azules.
Ya se verá si le funciona esta estrategia de marketing político al legislador federal, que -dicho sea de paso- él como persona, en lo particular, tiene buena imagen. Es un hombre respetuoso, amable, caballeroso, y jamás se le ha sabido o conocido un acto de corrupción.
Lo que le afecta un poco a Pepe son las siglas que lo han postulado, y ciertos personajes con mala fama que con frecuencia lo acompañan. Si el aspirante a la gubernatura por la alianza PRI-PAN-PRD se quitara de encima a esos lastres y cartuchos quemados, pues ya estaría del otro lado. ¿Nombres de estos parásitos y rémoras? No tiene caso mencionarlos, porque toooodo mundo los conoce.