“Usted es un depredador sexual”: el documental sobre el líder de La Luz del Mundo

Este fin de semana tuve la oportunidad de ver el documental “La oscuridad de la Luz del Mundo” que describe el modus operandi de los líderes de esta organización quienes, a través del adoctrinamiento religioso, abusan de la fe de sus seguidores para enriquecerse, acumular poder y, lo peor de todo, para adueñarse de sus conciencias, de sus cuerpos y de sus vidas, lo que nos recuerda otras funestas historias que tienen patrones similares como la de Marcial Maciel -entre muchos otros jerarcas de la iglesia católica-, o el líder de la secta NXIVM.

Esta iglesia de la Luz del Mundo fue fundada en 1926 en Guadalajara, Jalisco por Eusebio Joaquín González, quien empezó a predicar después de que supuestamente recibió un llamado de Dios asumiéndose como apóstol con el nombre de Aarón, a su muerte en 1964 lo sucedió su hijo Samuel hasta 2014, año en que falleció ocupando su lugar su hijo Naasón Joaquín García, quien se ostenta como representante de Dios en la tierra. Es decir, el poder dentro de la Luz del Mundo se ha ido heredando entre miembros de la misma familia por tres generaciones y, además de la fortuna que se les atribuye, todos ellos han sido señalados por delitos sexuales como pedofilia, trata de personas, abuso, violación y pornografía infantil, pero únicamente se inició proceso contra el último de los “apóstoles”.

Actualmente esta iglesia dice contar con alrededor de 5 millones de seguidores en más de 50 países y, de acuerdo con una investigación de la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) se han detectado 35 inmuebles de su propiedad en Estados Unidos y otros 51 en México en tanto que la Unidad de Inteligencia Financiera congeló cuentas por 19 millones de dólares, lo que denota su gran poder económico producto principalmente de los diezmos -les piden a sus feligreses que aporten el 10% de sus ingresos que eran destinados en su totalidad para que Naasón dispusiera libremente de ellos-, las limosnas, así como las cuotas por servicios religiosos y festividades conforme lo declararon algunos ex integrantes de la Luz del Mundo.

Sin embargo, por décadas nadie cuestionó a los Joaquín, ya que se enseñaba que la iglesia era lo más importante -incluso para muchos de sus seguidores la iglesia se llegó a convertir en su vida misma-, y que la figura del apóstol no se podía poner en duda ya que se trataba de un elegido de Dios para predicar su palabra por lo que incluso se le debía mayor respeto y obediencia que a sus propios padres. Esto explica en buena medida la impunidad con que actuaban sin tener que afrontar ninguna consecuencia, además de la protección de la que gozaban por su relación con diversos personajes de la política local y nacional.

Los testimonios que se presentan en el documental describen el ostentoso nivel de vida principalmente de Naasón Joaquín y los excesos en que incurría, pero sobre todo las conductas delictivas que durante tanto tiempo cometió en contra de integrantes de esa organización religiosa, como lo narran con gran dolor algunas de las víctimas a quienes en el juicio en el estado de California se les denominó como Jane Does para proteger su identidad.

Una de ellas declaró que Naasón le quitó todo, a su familia -muchas familias les dieron la espalda por considerar que traicionaron a su iglesia-, a sus amigos, su confianza e inocencia quedando solo pedazos rotos y feos recuerdos de lo que le hizo durante tantos años. Estos testimonios revelan como se estableció un sistema de abuso sexual en el que reclutaban a sus feligresas desde muy corta edad diciéndoles que debían sentirse bendecidas por ser las elegidas del representante de Dios en la tierra, y estas a su vez, pasado el tiempo reclutaban a otras más jóvenes perpetuando este sistema. Probablemente el caso más desgarrador sea el de Karem León, quien compartió en el documental que desde 1997 denunció ante las autoridades mexicanas que, siendo menor de edad la reclutaron para complacer sexualmente al padre de Naasón sin que nadie le hiciera caso, por lo que desde entonces sufría depresión y ansiedad. En septiembre de 2022 se suicidó en su domicilio.

A pesar de que a Naasón se le imputaron más de 20 cargos como violación, tráfico de personas y pornografía que ameritaban cadena perpetua, sus abogados llegaron a un acuerdo con la fiscalía de California por lo que sólo se declaró culpable de tres casos de abuso sexual a menores de edad recibiendo una sentencia de poco menos de 17 años en prisión. Sin embargo, vale la pena atender las palabras final pronunciadas por el juez quien dijo a la Jane Does que “el mundo las ha escuchado, a las familias que las abandonaron deberían avergonzarse, y al acusado le digo, usted es un depredador sexual, y en este punto me disculpo pues estoy atado de manos”. Lamentablemente, como en tantos otros casos, las víctimas, a quienes les destrozaron la vida, no tuvieron la debida justicia.

AGUSTÍN CASTILLA / LA SILLA ROTA