Un piloto acusado de intentar apagar los motores de un avión en pleno vuelo afirma que pensó que estaba muerto y que intentaba despertar.
Joseph Emerson, acusado de 83 cargos de asesinato, por el incidente ocurrido el 22 de octubre, consumió hongos alucinógenos dos días antes del viaje.
En pleno vuelo, Emerson, quien iba sentado en un asiento de la cabina de mando del vuelo de Alaska Airlines -algo común en los vuelos-, de repente se paró y activó el sistema de extinción de incendios, que hace que se apaguen los motores. Sus compañeros lograron controlar la situación y lo pusieron bajo vigilancia hasta el el avión aterrizó y el hombre fue detenido. Nadie resultó lastimado.
En entrevista con The New York Times, Emerson, quien permanece detenido en una cárcel en Portland, Oregon, dijo que después de consumir los hongos, comenzó a pensar “en un montón de cosas traumáticas y me preguntaba: ‘¿Estoy muerto? ¿Estoy en el infierno?’”. Revivió entonces, dijo, traumas de su niñez.
Ya en el avión, que despegó de Everett, en Washington, con destino a San Francisco, California, Emerson dijo haber pensado que “cuando se detuviesen los dos motores, el avión empezaría a dirigirse hacia un accidente y yo me despertaría”.
En sus declaraciones a la policía, dijo que había estado deprimido y que creía que sufría un colapso mental.
Después del incidente, el piloto optó por desviar el avión a Portland, donde Emerson quedó detenido. Allí confesó haber consumido los hongos alucinógenos previo al vuelo.
Además de los 83 cargos por intento de asesinato, Emerson fue imputado a nivel federal por interferir con una tripulación de vuelo. Él se declaró no culpable.
Noah Horst, abogado de Emerson, dijo que éste “nunca haría daño intencionadamente a otra persona” y que “no estaba bajo los efectos de alguna sustancia tóxica cuando abordó el vuelo”.