Un hombre especializado en metales se topó con la pepita de oro más grande jamás encontrada en Inglaterra después de apenas 20 minutos de búsqueda con su sensor de esos materiales, según informan los medios británicos.
El afortunado es Richard Brock, de 67 años, que lleva 35 años usando sensores de metales en Inglaterra y halló la valiosa pieza después de desenterrar la pepita de 64.8 gramos.
El hallazgo se produjo en mayo del año pasado en Shropshire, en el oeste de Inglaterra, cuando Brock se unió a una expedición organizada en tierras de cultivos de ese condado inglés.
A pesar de que su detector de metales no estaba en pleno funcionamiento, Brock (que vive en Somerset, suroeste inglés) espera que la pepita alcance 30 mil libras (más de 630 mil pesos) en una subasta.
“He estado detectando desde 1989 y decidí unirme al viaje ya que uno similar anterior a Australia fue cancelado durante la pandemia. Así que conduje tres horas y media hasta Shropshire y llegué aproximadamente una hora tarde, pensando que me había perdido la acción”, relató el experto a los medios.
“Al principio, encontré algunas estacas viejas y oxidadas con este detector”, pero “después de sólo 20 minutos de escanear el suelo”, encontró la pepita enterrada a unos 13 centímetros de profundidad.
“Quizás fui demasiado honesto y comencé a mostrarlo a la gente, y de repente tuve un enjambre de otras personas escaneando la misma área. La máquina que estaba usando estaba prácticamente defectuosa. Sólo funcionaba a medias. Simplemente demuestra que realmente no importa qué equipo uses”, explicó.
En el suelo donde se escaneó había una gran cantidad de roca procedente originalmente de Gales, donde se extraía intensamente oro y cobre durante la Edad del Bronce.
El descubrimiento se realizó en un sitio que se cree fue una antigua vía o camino por donde pasaban vías de ferrocarril, que contenía piedra posiblemente distribuida desde Gales.
Brock ha dicho que dividirá las ganancias de la subasta con el propietario del terreno.