Ella es super celosa con su esposa.
Ambas tienen un negocio de botox y masajes faciales.
Pero la Alfa, la celosa, es la que contrata a todo el personal.
La Alfa es tan celosa, que ha mandado colocar cámaras en ambos negocios, según que por “cuestiones de seguridad”, pero sus amistades creen que es para controlar a su cónyuge.
Han sostenido unas mega discusiones.
Los pleitos son por la hija de la esposa.
La niña, por obvias razones, desea estar con su mami. Pero la Alfa se interpone entre ellas.
Lo peor: dicen que ha habido ya hasta golpes. O sea, ya hay violencia intrafamiliar.
Pero ante la sociedad, la Alfa trata de proyectar una imagen de armonía y paz con su pareja. Y aún así quiere ser diputada. Candil de la calle, oscuridad de su casa.
Por fortuna esto no ocurre en Xalapa, ni en Veracruz, sino en una república bananera de alguna parte del planeta.