Tiene exactamente seis años y dos meses que llegó a asentarse en la entidad, viviendo durante la campaña del actual mandatario en algún municipio de la Cuenca del Papaloapan, y a lo largo de ese tiempo a la fecha ha escalado cargos en donde se ha encargado de cerrarse todas las puertas. Es un dizque sesudo jurisconsulto que poco entiende de leyes y de los procedimientos jurídicos, pero que ante la ignorancia de los morenos, lucró con el poco conocimiento que de abogacía tiene.
Así, primero estuvo en el Registro Público de la Propiedad, de donde salió con una posible comisión de acto administrativo determinado como presunta falta grave de acuerdo a la Ley General de Responsabilidades Administrativas; después pasó al OPLE, dizque para operar a favor de los neófitos morenos, para finalmente terminar de “apropiarse” del IVAI, en donde se rumora sigue engrosando la comisión de faltas graves.
Se peleó y distanció primero con su madrina, una ex diputada federal de la CDMX que habla pestes de él; después, con el encargado de la política interna, que lo mandó investigar por actos de corrupción, que realizó en aquella ocasión con un subsecretario que hoy va enlistado para congresista local por la vía plurinominal; siguió con el pleito y distanciamiento, después de profesarles amor pleno, a dos compadres, uno diputado local de Los Tuxtlas y el otro, dizque dirigente partidista del movimiento; y así… se ha amado y peleado y distanciado con todos… eso le pasa por no saber y entender el sentir y criterio del ser Jarocho, oriundo de la entidad.
Eso les pasa a los que vienen a Veracruz a pretender lucrar con el patrimonio de los y para los veracruzanos.
