EL CEREBRO PREFIERE LEER EN PAPEL
Ángel Lara Platas
El cerebro humano percibe un texto como un paisaje físico, donde cada palabra y página construyen una representación mental del relato. Pasar las páginas de un libro de papel es similar a dejar huellas en un sendero, creando un ritmo y una cadencia que ayudan a registrar visualmente nuestro avance.
Según un artículo de Scientific American, en esta era de hiperconectividad y acceso a bibliotecas digitales, muchos todavía prefieren el formato de papel. Se ha observado que se lee más lentamente y se recuerda menos en pantalla. Maryanne Wolf, de la Universidad de Tufts, menciona que existe una “fisicabilidad” en la lectura en papel que el cerebro necesita inconscientemente.
La escritura es un invento relativamente reciente en nuestra evolución, y en la niñez, el cerebro crea nuevos circuitos para leer utilizando partes dedicadas al habla, la coordinación motora y la visión. Este proceso táctil, que involucra ojos y manos, no ocurre cuando se escriben letras en un teclado. Además de percibir letras individuales como objetos físicos, el cerebro forma mapas mentales del texto, similar a cómo creamos mapas de terrenos y espacios físicos.
Los libros de papel presentan una topografía evidente: páginas de izquierda y derecha, y ocho esquinas para orientarse. Pasar las páginas ayuda a formar un mapa mental coherente del texto. En contraste, los dispositivos digitales interfieren con la navegación intuitiva y, aunque los e-readers replican el modelo de páginas, estas son efímeras y se desvanecen una vez leídas.
La sensación implícita de ubicación en un libro físico es más importante de lo que se creía. En estudios de comprensión de textos, los alumnos que leyeron en papel tuvieron mejor rendimiento que los que leyeron en pantalla. La tinta electrónica refleja la luz ambiental como un libro de papel, pero las pantallas de dispositivos emiten luz directamente, causando fatiga visual y dolores de cabeza.
Aunque los nativos digitales podrían desarrollar redes neuronales que prefieran lo electrónico, por ahora, muchos siguen prefiriendo la conexión física con las históricas hojas de papel.